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‘El tiempo pasa y no te puedo olvidar’ ¿Sigues en total enganche con tu ex?

Es una realidad que la mayoría de las personas -sino es que todas- hemos tenido en el camino más de un gran amor, es decir, un gran «ex» y, sin importar si fueron 10 años de matrimonio o 3 meses de noviazgo, en el fondo guardamos un espacio especial con melancolía o con dolor de aquella persona que marcó de alguna manera nuestra vida, ya sea con un trancazo de dolor o con una gran dosis de nostalgia. 

Sin embargo, una cosa es atesorar una experiencia que a la larga termina por nutrirnos y fortalecernos y otra muy distinta, quedarnos enganchados en el pasado sin poderlo superar. Estoy convencido que una pareja llega a nuestra vida para que nos conozcamos a nosotros mismos a través de la experiencia que tendremos con ella; por esta razón, es que en más de alguna ocasión te he comentado que las personas que más nos han lastimado al final del día son nuestros grandes maestros que llegan para mostrarnos aquello que hay en nosotros y que necesitamos fortalecer. 

‘El tiempo pasa y no te puedo olvidar’¿Sigues en total enganche con tu ex?

Estarás de acuerdo conmigo que es “padrísimo” estar enamorados, pero definitivamente pensar en la posibilidad de tronar y el dolor que esto conlleva nos hace temblar y sufrir anticipadamente. Y es que es natural que no queramos sentir dolor, sin embargo, cuando elegimos amar, también estamos eligiendo la probabilidad de que termine y que nos duela hasta el tuétano y, literal, que se nos rompa el corazón. 

Una de las grandes cosas a las que me enfrento en el consultorio es que cuando llegan con el corazón roto, llegan con una gran urgencia de no sentir ese dolor. Como cuando llegas con el dentista con un dolor del infierno y dices: “¡Doctor, hágame lo que quiera, pero quíteme este dolor!” ¿Y sabes una cosa? Eso funciona con el dolor de muelas, pero no con el dolor del corazón. 

Para mi es una realidad que, para poder salir de un lugar, es necesario primero entrar. Por sentido común, no nos podemos ir de un lugar si no hemos entrado primero. Lo que quiero decir con esto, es que no hay manera de que te liberes del dolor si no atraviesas primero por él. 

Todos queremos “terapias instantáneas” y “remedios mágicos”, pero eso no existe. Y lo peor del caso, creemos que el dolor va durar la eternidad y que no nos podremos recuperar. Aunado a esto las ideas persecutorias de: “Jamás volveré a amar, todos los hombres son iguales, las mujeres pagan con la misma moneda y nunca me voy a recuperar”. Te diré algo: “Pensar así es una estupidez”. 

Veámoslo de esta forma.  Imagina que vas a tener una cirugía a corazón abierto. Naturalmente hay riesgos como en cualquier intervención, además de los cuidados post operatorios. ¿Acaso crees que saliendo de la cirugía vas a poder ir a hacer 40 minutos de «cardio» diariamente? ¡Obvio que no! Llevará tiempo y si sigues las recomendaciones del especialista, el momento llegará en que puedas hasta correr un maratón. 

Lo mismo ocurre en el tema de no poder superar a tu «innombrable», es decir, a tu ex. ¿Cómo te puedes asegurar de NO superarlo? Vuélvete monotemático y habla sólo de él. Asegúrate de espiar sus redes sociales. Llámale “bien cuete” en la madrugada. ¿Le sigo? Perfectamente sabes lo que necesitas dejar de hacer y, sobre todo, necesitas atravesar el puente del dolor y que mejor manera si estás acompañado de un profesional, para evitar que te hundas en “victimilandia”.  

Convéncete de una vez y acepta que estamos equipados totalmente para poder recuperarnos y es sólo nuestra opción elegirlo. Yo te firmo que todo va a estar bien, sólo necesitas volver a poner tu mirada en ti y no en él. Entiende que «EX» no significa que fue un error, sino una EX-periencia. ¡Y si te aferras a seguir creyendo que fue un error, entonces convierte ese error en acierto y aprende la lección que hay para ti! Nos leemos pronto. #Anótele 

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