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Deja la narcoguerra ranchos desolados

Ranchos fantasma resaltan en el horizonte alrededor de la Carretera a Colombia, como dramático saldo de la narcoguerra que sufre esta zona del norte del Estado

Una de estas propiedades es El Palmar, localizada en la brecha a El Toro Gabacho, en la comunidad de Los Villarreales, en Salinas Victoria.

Deja la narcoguerra ranchos desolados

Tras el plagio, cientos de policías y un helicóptero de Fuerza Civil se movilizaron para enfrentarse con los delincuentes, en un choque de más de tres horas que dejó tres policías muertos, dos pistoleros abatidos y cinco detenidos.

Decenas de marcas de balas en la fachada del rancho dan cuenta de la batalla que se libró entre sicarios y policías, según constató EL NORTE en un recorrido ayer.

También están dos grandes huecos hechos con las unidades blindadas "Black Mamba" de Fuerza Civil para irrumpir en el cuarto donde se atrincheraron los criminales.

El Palmar, a 1.1 kilómetros de la Carretera a Colombia, atravesando un camino de terracería, no está vigilado, pero aún conserva las cintas amarillas que se colocan para resguardar escenas del crimen.

Como si esperaran el regreso de sus dueños, dos perros salen al escuchar el sonido de los pocos autos que pasan por la brecha.

Más adelante, en el mismo municipio, están los ranchos El Pujido y El Toro Gabacho, también en el abandono.

Tras el enfrentamiento en Salinas Victoria, el terror se extendió a Villaldama, a donde llegaron sicarios huyendo y, entre la noche del 2 de enero y madrugada del 3, se apoderaron del rancho La Rumorosa, a 35 kilómetros de El Palmar, para atrincherarse.

Ahí, los criminales sometieron y ataron a un trabajador y a su esposa. 

Dos días después, el 5 de enero, asesinaron y calcinaron al ganadero Gustavo Levy, de 85 años, y a su chofer, Omar de la Garza, de 73, que llegaron ese día al rancho, como cada jueves.

La Rumorosa, al pie de la Sierra de Gomas, está actualmente bajo resguardo de las autoridades y fuentes policiacas informaron que al sitio sólo pueden acceder familiares o trabajadores.

Ante la posibilidad de que otras propiedades sean tomadas por el crimen organizado, el patrullaje se ha reforzado en la zona norte. 

Sin embargo, ante el recrudecimiento de la violencia, empresarios agropecuarios y ganaderos advirtieron que evalúan cerrar sus ranchos hasta saberse seguros.

 

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