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Los hombres de John Hawkins (el pirata Juan Aquines)

Después de que acordaran una tregua, los barcos ingleses y españoles quedaron anclados unos frente a otros en Veracruz. Tomando ventaja de la situación, los españoles se organizaron para tomar a los intrusos

Plano de San Juan de Ulúa a finales del Siglo XVI.Los hombres de John Hawkins (el pirata Juan Aquines)

En octubre 2 de 1567, John Hawkins zarpó con una flota de seis barcos desde el puerto de Plymouth en Inglaterra, en su tercera expedición a las Indias. El mercader naviero, corsario, tratante de esclavos era reconocido por la Corona Española como el pirata Juan Aquines (Haquines). 

En su tercer viaje al Nuevo Continente se hizo acompañar por su primo Francis Drake. Ambos personajes fueron clave en la historia de la Corona Británica bajo el imperio de la Reina Isabel I.

La flota navegó primero a lo largo de la costa occidental de África donde adquirió mercancías y cerca de 500 negros (otras fuentes dan 400) de los cazadores de esclavos; reforzando su número después de haber capturado la embarcación portuguesa de esclavos, "Madre de Deus" (Madre de Dios). Uno de los barcos lo perdieron de vista en una tormenta antes de doblar al occidente hacia el Continente Americano.

El resto de los barcos de la flota arribaron seguros a la dominicana, desde donde se desplazaron hacia el sur a lo largo de las Antillas Menores. En la Isla Margarita voltearon hacia el poniente, siguiendo la costa en lo que ahora es el país de Venezuela, hasta el puerto de Cartagena (hoy parte de Colombia). 

A pesar del proteccionismo en las colonias de la Corona Española, los ingleses lograron intercambiar sus cargamentos en este y otros puertos.

Pensaron dirigirse a la Florida, tratando de evitar la estación de huracanes, pero después de pasar por la punta occidental de la Isla de Cuba una tormenta los obligó a tomar refugio en Veracruz el 15 de septiembre de 1568.

En este puerto estaban por zarpar los barcos de la Flota de la Nueva España con un valor actual de millones de dólares en lingotes de oro. 

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Muelle restaurado de San Juan de Ulúa, 2016.

San Juan de Ulúa 

Un día después de la llegada de los ingleses al puerto, por casualidad del destino, trece barcos de la Armada Española arribaban con el nuevo virrey de la Nueva España, don Martin Enríquez de Almansa.

Después de que acordaran una tregua, los barcos ingleses y españoles quedaron anclados unos frente a otros en Veracruz. Tomando ventaja de la situación, los españoles se organizaron para tomar a los intrusos. Durante la batalla, solo dos de los barcos ingleses lograron escapar a una destrucción total: el Minion y la Judith.

En la noche la Judith, una pequeña barcaza de 15 toneladas comandada por Francis Drake (quien se opuso a la tregua), se retiró hacia la Isla de Sacrificio, zarpando después par Inglaterra. El Minion, atestado de sobrevivientes, con grandes daños por la batalla y el mal tiempo, logró navegar costeando hacia el norte.

La situación precaria en esta embarcación y la falta de provisiones forzó a que Hawkins considerara dejar la mitad de los hombres en la playa; prometiéndoles volver por ellos, si la frágil embarcación alcanzaba Inglaterra.

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Corsarios ingleses Francis Drake y John Hawkins.

La crónica de Hakluyt

Lo que se conoce sobre esta historia proviene principalmente de la crónica recolectada por el sacerdote de Bristol y capellán de la Reina de Inglaterra Elizabeth I, Richard Hakluyt, años después cuando algunos sobrevivientes lograron regresar a Inglaterra. El 8 de octubre de 1568, después de un par de viajes en el bote o esquife del Minion, 114 hombres lograron desembarcar en la costa del actual Estado de Tamaulipas.

John Hawkins ubicó el sitio del desembarco a 23 ½ grados de latitud sur, cerca de 103 millas al norte del río Pánuco; en ese lugar recolectó agua para beber y trató de reparar el barco en aguas tempestuosas, antes de partir para Inglaterra. Esperó por ocho días, previos al desembarco de la mitad de su tripulación.

Miles Phillips le contó a Hakluyt en Inglaterra que, en el segundo viaje los sobrevivientes tuvieron que saltar al mar, a una legua del litoral; estaba tan alto el mar que el esquife no podía acercarse a la playa. Dos hombres perecieron ahogados antes que el resto pisara tierra.

Ingram, otro de los sobrevivientes e informante de Hakluyt, dijo que fueron apostados en tierra a 16 millas de un río llamado "Minas" (las distancias son aproximadas en el período de exploración del continente). Probablemente, Hawkins dejó a sus hombres al norte de la Barra del Tordo del río Carrizal, en el actual municipio de Aldama, Tamaulipas. 

La primera noche, el grupo durmió bajo la lluvia después de tomar agua fresca y de alimentarse con frutas de capulí. Hortop, otro de los ingleses que estuvieron en territorio tamaulipeco, menciona que en la mañana del siguiente día marcharon por el litoral costero hasta un canal, donde encontraron indígenas que aparentemente hablaban el español. Estos les preguntaron quiénes eran y como habían llegado hasta allí. 

Los nativos les pidieron a los ingleses les dieran algunas de sus prendas; después de contestarles a las preguntas, les entregaron algunas de ellas. A cambio, el capitán de los indios guió al grupo de ingleses a un estanque de agua fresca, diciendo que lo esperaran mientras que él y sus hombres cazaban venados para ellos; pero no regresaron. 

La crónica de Ingram menciona que las tierras bajo este capitán (mencionado también como rey) llevaban el nombre de "Giricka", probablemente el nombre de ese grupo étnico. Cinco de los ingleses regresaron al canal tratando de adquirir alimento para subsistir, pero pronto regresaron al estanque desnudos, pues los indígenas les habían quitado sus ropas.

Hortrop menciona que en ese momento la partida de ingleses se dividió en dos grupos. La mitad se encaminó hacia el sur bajo el mando de Anthony Goddard, cruzando un río (probablemente el Carrizal), donde fueron robados de la mayoría de sus atuendos. El resto del grupo permaneció bajo el mando de James Collier en el estanque. Más tarde en ese día, cruzaron el mismo río para ser robados por los indios, quienes mataron a uno de los ingleses.

Durante la noche, la gente de Collier alcanzó al grupo de Goddard, quedándose a dormir en una colina rocosa. La siguiente mañana, la banda completa de ingleses marchó en dirección sur, pasando por dos puertos entre las colinas donde fueron asaltados por los nativos. Ahí los despojaron del resto de sus pertenencias, matando a ocho de los europeos en la acometida.

Miles Phillips narra que los nativos obligaron a los indefensos ingleses a que se sentaran; después de inspeccionarlos detenidamente, desnudaron a los hombres que vestían ropa de colores, sin tocar a los que vestían con telas de color negro.

Después de que quedaron sin ropas, el grupo se volvió a dividir de nuevo. Según Phillips, la mitad siguió a Anthony Goddar hacia el sur, mientras que la otra mitad dobló al norte bajo el mando de John Hooper. Dos días después, estos últimos encontraron a otros indígenas, los cuales dieron muerte a Hooper y a dos de sus hombres. 

Después del ataque, estos se subdividieron; 23 ingleses, incluyendo a Ingram, Twide y Browne continuaron hacia el norte, mientras que 26 marcharon para el sur, alcanzando al otro grupo cuatro días más tarde. 

El grupo del sur llegó hasta a un río (río Barbarena) que quedaba a diez leguas (26 millas) del río Pánuco; ahí los indígenas guiaron a los ingleses hacia Tampico. Días después fueron capturados por los españoles en los bancos al norte del Pánuco, desde donde fueron llevados prisioneros a Tampico y después a la Ciudad de México. Allí en Tampico, Luis de Carvajal de la Cueva se hizo cargo de la aprensión de los extranjeros. Este personaje fundaría años más tarde el Nuevo Reino de León; de su extraordinaria historia no encargaremos en futuras notas de este diario.

Miles Phillips y Job Hortop, las fuentes primarias de esta historia, regresarían a su Inglaterra; el primero escaparía de Nueva España después de 15 o 16 años y el segundo desde España 23 años después de haber dejado la embarcación de John Hawkins, el Minion.

En el siguiente artículo continuamos con la crónica de este relato en Tamaulipas y la suerte que les deparó al grupo de ingleses que se internó hacia el norte del continente.



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