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Emma Coronel; captura pactada

“Se entregó”. “Ella llamó al FBI para entregarse”. “Se comunicó con el agente con quien ya tenía contacto desde hace tiempo para decirle que quería cooperar”

Emma Coronel; captura pactada

Emma Coronel Aispuro, esposa de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, se entregó voluntariamente a las autoridades de Estados Unidos buscando ingresar al programa de testigos protegidos, revelan agentes federales de ese país.

“Se entregó”. “Ella llamó al FBI para entregarse”. “Se comunicó con el agente con quien ya tenía contacto desde hace tiempo para decirle que quería cooperar”, fueron declaraciones que varios agentes federales estadunidenses proporcionan a Proceso sobre este caso.

Uno de ellos, fue más preciso: “La señora Coronel nos habló de sus planes de entrega varios días antes de su arribo al aeropuerto de Dulles. Esto le fue notificado al Departamento de Justicia y a los fiscales para que prepararan lo necesario una vez que ella llegara a Washington”, dijo.

El lunes 22 el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió un comunicado en el que informó que ese día la esposa del Chapo Guzmán fue “arrestada” en el aeropuerto internacional de Dulles, Virginia, por delitos relacionados con su presunto involucramiento en el tráfico internacional de drogas. Indicaba que el caso de Coronel Aispuro, de 31 años, sería procesado ante la Corte Federal del Distrito de Columbia (Washington).

“De acuerdo con documentos de la Corte, Coronel Aispuro es acusada de participar en una conspiración para distribuir e importar a Estados Unidos, cocaína, metanfetamina, heroína y mariguana”, dice el comunicado de una cuartilla.

Señala además que ella colaboró en la fuga del Chapo Guzmán del penal de máxima seguridad del Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México, el 11 de julio de 2015.

EL CASO 21-MJ-240 

Al día siguiente de su “arresto” en el aeropuerto de Dulles, Coronel Aispuro fue presentada ante la juez federal Robin Meriweather por medio de una videoconferencia desde Alexandria, Virginia. 

La esposa del Chapo –ciudadana estadunidense por nacimiento, criada en Canelas, Durango, donde fue reina de la feria del Café y la Guayaba a los 17 años, cuando conoció a Guzmán Loera–, fue representada ante la Corte por los abogados Jeffrey Lichtman y Mariel Colón. Ambos la conocen bien, pues integraron el equipo de defensa de Guzmán Loera durante su juicio en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, en el que en julio de 2019 fue declarado culpable de narcotráfico y sentenciado a cadena perpetua más 30 años de cárcel. 

Minutos antes de que Meriweather diera inicio formal a la sesión, los reporteros pudieron escuchar a Litchman cuando éste dijo que solicitaría la detención temporal de su clienta y que no ofrecería pagar fianza para liberarla. Añadió que dicha petición la había acordado previamente con Anthony Nardozzi, fiscal del caso y quien fue también miembro de la parte acusadora del Departamento de Justicia en el juicio al Chapo.

Cuando se inició la sesión y la juez le preguntó a Coronel Aispuro si se encontraba bien, la prensa escuchó por teléfono a una mujer absolutamente tranquila y segura de sí misma que respondió “sí”.

Aunque es estadunidense por haber nacido en California, la esposa del Chapo no habla inglés, por lo que la Corte le asignó una traductora para que entendiera todo lo que se decía en la audiencia. Respondió las preguntas de la juez con frases cortas: “sí” y “lo entiendo”. No se percibía en su voz nerviosismo ni temor, pese a la gravedad de las acusaciones en su contra. 

Meriweather le especificó que su caso, número 21-mj-240, contiene una “denuncia criminal” firmada por el agente del FBI Eric S. McGuire. Le explicó sus derechos a permanecer callada para no incriminarse y a ser representada por un abogado. Le explicó también que ante las leyes de Estados Unidos no es culpable hasta que no se le demuestre le contrario en un juicio.

“Se le acusa –le dijo la juez– de conspirar para distribuir un kilogramo o más de mariguana, cinco kilos o más de cocaína, 500 gramos o más de metanfetamina y mil kilos o más de mariguana para su importación ilegal a Estados Unidos”. 

Ecuánime, Coronel Aispuro indicó que había entendido la imputación. Lo mismo ocurrió cuando minutos después Nardozzi le dijo que de ser declarada culpable podría ser sentenciada a 10 años de prisión como pena mínima, cadena perpetua como máxima y a una multa de 10 millones de dólares en ambos casos.



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