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¡VALIÓ LA PENA!

El Mundial terminó y Valeria Lozano nos platica lo que vivió en Rusia 2018 que para ella fue, sin duda, una de las mejores experiencias de su vida. Así nos lo cuenta.

Vivir Rusia 2018 fue, sin duda, una de las mejores experiencias de mi vida. Desde que pisé Moscú, ese histórico 17 de junio que difícilmente se nos olvidará, se respiraba en la ciudad mucha emoción, alegría y euforia. Cabe recalcar que desde que salí de México me topé a muchos mexicanos en el camino, era chistoso cómo sin conocerlos algo te conectaba, como si en verdad fueran tus hermanos, me sentía orgullosa al ver que alguien portaba un jersey, una gorra, una bufanda lo que fuera de nuestra Selección. De hecho, como fue mi primer Mundial y no sabía lo que era, llevé ropa de civil que por supuesto usé poco, era aburrido no traer puesto algo de ‘fut’. 

¡VALIÓ LA PENA!

Llegando a la Plaza Roja, festejando ese 1-0 no cabía de emoción, creo que fue la primera vez que portaba la camiseta de México con tanto orgullo. Recorrimos algunas calles, la gente me empezaba a pedir fotos por mi famoso sombrero de charro, gente de todo el mundo, árabes, argentinos, polacos, ingleses, alemanes, brasileños, locales viviendo la fiesta del futbol. 

Encontré la famosísima e inovildable Calle de las luces, (aun la extraño tanto) es una calle en Moscú que seguro ya la han visto en videos o fotos. Es una calle muy larga con bancas en medio, bares, restaurantes y tiendas alrededor; colgaban del cielo estas luces de colores que la hacían ver espectacular y en realidad no era eso lo que daba vida eramos nosotros, la fiesta del futbol, ahí nos estacionábamos con nuestras cheves (calientes por cierto, ahorita les platico lo complicado que resultó conseguir hielo y bebidas frías en Rusia) y pasábamos horas cantando, echando porras, tomando fotos con quien fuera que se nos acercaba. Había tambores, banderas, disfrazes de todo tipo, gente haciendo yoga, jugando futbol, gente trepada en las lámparas. Me tocó presenciar cómo se rompia una de las bancas por que no soportó el peso de varios argentinos brincando. Los rusos le echaban porras a México, México a Marruecos, Marruecos a Brasil, etc., ahí es cuando comprendí la frases de: ‘El futbol nos une’. Los baños estaban al fondo de la calle y tenías que caminar un buen tramo y en mi caso me tardaba horas en llegar ya que en el camino me quedaba bailando, echando porras, tomandome fotos, grabando para ustedes, etc. 

Viajé a Rostov. México vs. Corea, mi primer partido en un Mundial. Me levanté como niña chiquita que va por primera vez a Disney. Hubo una caravana que salió desde el hotel donde estaba hospeda la Selección hasta el estadio, fueron casi dos horas caminando bajo el sol, nos preparamos con hieleras, mucho bloqueador y energía física y mental, que en realidad tanta emoción camuflageaba cualquier incoveniencia. 

Afuera del estadio me sentía afuera del Azteca, pocos coreanos y hasta la madre de mexicanos. Me sentía como en casa. Cantaba con toda mi garganta ‘Canta y no llores...’, ‘Y ya lo ves y ya los ves somos locales otra vez’; la porra del mundial fue definitavemente ‘El Chucky’ Lozano, en ese partido curiosamente la gente ya quería a Osorio y cantaban ‘El profe Osorio’. 

Al empezar el Himno Nacional se me puso la piel chinita. Una alegría inmensa invadía mi corazón, al pitar el final del partido justo como en el Azteca llovía cerveza por todos lados y era una locura realmente increíble. Lo que sí me sorprendió en los estadios es la seguridad, eso sí, había un seguridad en cada pasillo checando que nos portaramos bien e igualmente los filtros para entrar estaban cañones. Pero me sorprendió mi México, a mí no me tocó ver peleas, no gritamos ‘put...’, nada fuera de la normal (bueno sólo el primer día un mexicano intentó treparse a una estatua emblemática en la Plaza Roja con la intención de ponerle un penacho en la cabeza a Stalin, un dictador soviético y al otro día ya había policías custodiano la estatua). 

El festejo de ese 2 a 1 fue en un lugar llamado ‘Romantiki’ al aire libre, con una súper pantalla, y de vista teníamos el estadio que prendía y apagaba con luces de colores. El artista que definitivamente dominó Rusia 2018 fue Luis Miguel, era chistosísimo, cómo te ibas a imaginar al otro lado del mundo, con gente de todas partes, a todo volumen ‘La chica del bikini azul’ con la imagen de Luis Miguel en las pantallas o todos bailando ‘La Chona’. Bueno, como se han de imaginar culpable o no de ‘Luismi’ fue nuestro ‘Waka, waka’ de Sudáfrica. 

Siguiente parada Ekaterinburgo. Nuevamente fuimos locales en la ciudad. Sin embargo se veían ‘bastantitos’ suecos, una porra muy respetuosa y sin duda fiesteros. Aunque perdimos, eso no nos detuvo a festejar a lo grande pues estábamos en Octavos, los mexicanos gritaban por doquier ‘Amigo coreano ya eres mexicano’ y así la gente agradecida con los coreanos por habernos dado ese pase. Yo y muchísimos mexicanos no vimos los últimos 15 minutos del partido contra Suecia, estaba en mi celular siguiendo el partido Corea vs. Alemania que cuando Corea metió el segundo, el estadio retumbó como si hubiera sido gol de México

Tocó turistear unos días y nos fuimos a San Petersburgo, hermosa ciudad, hermosos museos, edificios, iglesias aunque ahí no se vivía el ambiente mundualista en los absoluto. 

Nos cambió un poco los planes nuestra Selección y volamos como pudimos a Samara. Llegamos, calorón igual o peor que en mi querida ciudad natal. Yo tuve un gran presentimiento, que éste era nuestro Mundial, estaba segura que como lo hicimos contra el ex campeón del mundo venceríamos a Brasil. 

Para mi fue donde mejor ambiente hubo previo al juego, pues los brasileños son similares a nosotros, en muchos aspectos, sobre todo en el buen ambiente. Ese partido lo viví al 120% los demás partidos sí estuve algo distraída grabando, en instagram o whatsapp pero en este me metí como si fuera el asistente de Osorio. Pitó el árbitro y guardé mi teléfono. Cuando clavó el segundo Brasil, mi estado anímico se fue hasta el suelo, me senté a observar y me dije a mi misma: ‘Valeria no seas ridícula, no llores’, pero no pude aguantar, era mucha la expectativa que tenía y la ilusión y me sentí realmente decepcionada. En fin, con lágrimas y decepcionada, extrañamente no dejaba de sentirme orgullosa de ser mexicana y no dejé de agradecerle a Dios el permitirme vivir esa experiencia. 

Perdimos como siempre pero, claro, ¡festejamos como nunca! Nada nos detuvo y seguíamos con la frente en alto, los mexicanos echando porras. Nos fuimos a un bar a festejar, no se precisamente que, pero festejábamos.

Rusia supero mis expectivas, aún sigo en depresión postmundial, no se si lo superaré pronto. La gente cálida, amable, eso sí, gracias a la tecnología que existe el traductor de google si no, ijole, hubiera estado imposible, nos comunicábamos a señas y hablando primitivamente inglés. Los choferes de los ubers manejan FATAL, cada que me subía me encomendaba a todos los santos y la verdad, como que no conocen el desodorante por allá. El tema de los hielos bueno, decíamos que era como el aguacate por acá, te ponían 2 que se derretían en segundos y la cheve, me parece, no estaban preparados para tanto mexicano, la tomábamos caliente. Las rusas guapísimas, los rusos no tanto, como sin chiste. 

Para concluir, este Mundial marcó mi vida, fui excesivamente feliz, a todos los que me están leyendo y sean futboleros de corazon vale la pena vivir esta experiencia, tenemos tiempo para ahorrar e irnos a Qatar. En lo personal creo que en ningún otro deporte se vive esta fiesta como lo es un Mundial de Futbol. 

Por otro lado, quiero agradecer al periódico EL MAÑANA por darme la oportunidad de transmitirle a mi ciudad de Reynosa un poco de lo que fue mi travesía por allá. Es la primera vez que hacía esto, me sentí algo nerviosa, pero muy contenta de poder llegar a todos ustedes a través de los videos y las fotos. Es mi primera colaboración en el periódidico, espero no la última y estoy muy agradecida con la atención de ‘Children’ Gamboa y Brando Deándar, me sentí muy cómoda y contenta al trabajar con personas tan profesionales. 

Un abrazo fuerte para todos, espero hayan disfrutado tanto como yo el #VALEPORRUSIA

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LA VA A EXTRAÑAR. Valeria, en la inolvidable calle de las luces.

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ADIÓS RUSIA. La güera reynosense concluye su aventura mundialista.




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