Una vida bajo los reflectores

Nueva York, EU.- El príncipe Felipe nació en la realeza y fue tataranieto de la reina Victoria. Pasó la mayor parte de su vida bajo los reflectores tras emparentarse con una familia real aún más prominente.

Desde sus primeras apariciones junto a la joven princesa Isabel hasta su salida de un hospital en Londres el mes pasado, los medios documentaron la vida del duque de Edimburgo durante más de 70 años.

Felipe se vio obligado a abandonar su carrera naval cuando su esposa pasó a ser la reina Isabel II. En cambio, se dedicó a apoyarla. Viajó por todo el mundo con ella y se hizo cargo de la gestión de las propiedades reales.

Pero también encontró sus propias causas para apoyar, incluyendo la creación de un programa de actividades no competitivas para alentar a los jóvenes a reconocer sus habilidades.

Pintó, coleccionó arte moderno y se interesó en el diseño industrial. Pero, dijo una vez, “el mundo de las artes me considera un jugador de polo inculto”.

Algunos aspectos de la vida británica se detendrán hasta después del funeral. Las visitas habituales del gobierno y anuncios oficiales se suspendieron.

Se cree que el duque Enrique tratará de viajar desde su casa en Montecito, California, para despedirse de su abuelo, pero probablemente tenga que sortear las reglas de coronavirus en Gran Bretaña. Su esposa Meghan está embarazada de su segundo hijo y no se espera que haga el viaje.

En una entrevista, Enrique comentó que mantenía comunicación con él y la Reina Isabel, sus abuelos paternos.