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Una cinta inclasificable

Jojo Rabbit levanta pasiones y divide opiniones

Ciudad de México.

Una cinta inclasificable

Cinéfilo que se precie de serlo reconoce no sólo los clásicos géneros cinematográficos -ciencia ficción, terror y demás- sino que, además, identifica esas mezclas que se dan de último: el bromance, la dramedy y un largo etcétera.

Pero a veces, llega una película tan diferente, que es inclasificable. Y ése, justo, es el caso de Jojo Rabbit (2020).

Tercer Reich, años cuarenta. Jojo (Roman Griffin Davis) es un orgulloso miembro de la Juventud Hitleriana y gran admirador de Adolf (Taika Waititi). No sólo eso: el Führer es, de hecho, su mejor amigo imaginario, quien lo aconseja y motiva a seguir sus pasos.

LA TRAMA

Sin embargo, las cosas se irán complicando para el niño, quien vive con su madre, Rosie (Scarlett Johansson). Y es que, en el propio seno familiar, se guarda un secreto.

Controversial, es el primer adjetivo para describir a esta película; varios se han sentido ofendidos, tachándola de insultante o superficial. 

Pero justo ahí, está gran parte de su valor: su director no vacila en tomar un tema que tradicionalmente se ha tocado con pinzas -la influencia del nazismo en la población civil- para traernos una historia irreverente y satírica que, sin embargo, es muy humana.

IMPECABLE

Con un magnífico diseño de producción, el filme recrea, de manera impecable, la Alemania de fines de la Segunda Guerra, rota por dentro y por fuera.

Ahí se expone la problemática bélica, desde el punto de vista de un niño, interpretado maravillosamente por Roman Griffin Davis, entrañable y complejo.

A él lo acompaña un elenco de primera, en el que sobresalen Johansson y Sam Rockwell, cómico como el Capitán Klezendorf.

Jojo Rabbit derrocha partes iguales de humor y tragedia. Una combinación extraña de luz y desolación, de estruje y optimismo, con toques surrealistas. Pero cuya historia y actuaciones, nos conmueven y conquistan.



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