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Turismofobia: Cuando el visitante ya no es bienvenido

Aunque las autoridades consideran que en México no hay un rechazo a los turistas, expertos no descartan que se puedan presentar síntomas en sitios como los Pueblos Mágicos

Cuando los visitantes se concentran en lugares específicos y exceden su capacidad, hay una saturación turística que eventualmente conlleva a una fobia de los residentes hacia los impactos negativos de esta actividad.

Turismofobia: Cuando el visitante ya no es bienvenido

El aumento de los alquileres, provocado por el interés de muchos propietarios en convertir sus inmuebles en viviendas vacacionales, de la mano de plataformas digitales tipo Airbnb y Homeaway, está obligando a muchos vecinos a dejar sus casas e irse a vivir a otras zonas.

Comercios locales son remplazados por tiendas de souvenirs, bares y comida chatarra en algunos barrios europeos, donde el acceso a museos, acuarios o iglesias requiere de hacer las más largas cada año.

“Turista, vete a casa, no eres bienvenido”, es uno de los mensajes con los que se encuentran los visitantes que recibe Barcelona, una ciudad con 5 millones de habitantes y que atendió a 7 millones de viajeros el año pasado.

¿Sobreturismo en México?

El año pasado, México fue el séptimo país más visitado del mundo, al recibir un récord de 41 millones de turistas internacionales, el doble que hace una década, de los cuales 27 millones se alojaron en hoteles del país y 5 millones mediante Airbnb. Con un volumen de 252 millones de turistas, de los cuales 100 millones pernoctaron en hoteles del país, los mexicanos son quienes más viajan por el territorio nacional. Aunque el país cuenta con una importante riqueza turística, sólo cinco aeropuertos concentran a nueve de cada 10 turistas internacionales que arriban al país, así como a siete de cada 10 nacionales que se trasladan por este medio. Se trata de las terminales aéreas ubicadas en Ciudad de México, Cancún, Guadalajara, San José del Cabo y Puerto Vallarta.

México, al igual que cualquier nación, no está exenta de vivir la turismofobia, por eso es importante aprender de lo que está pasando en otros destinos del mundo, opina Michelle Fridman, secretaria de Turismo (Sectur) de Yucatán, estado cuyos hoteles alojaron a 2 millones 275 mil turistas el año pasado, 66% de los cuales llegaron a su capital, Mérida. “En Yucatán estamos lejos de un sobreturismo, pero es cierto que está llegando más turismo que nunca y en un destino que no había tenido estos crecimientos tan grandes en llegadas, claro que genera un cierto recelo en la población”, expone la funcionaria en entrevista con EL UNIVERSAL. Hace unas semanas, la administración de Yucatán concretó la gestión del arribo de nuevos cruceros de las compañías MSC, Disney Cruise Lines y Norwegian a Progreso, el principal puerto del estado que está ubicado a sólo 20 minutos de Mérida. “Yo creo que lo que ha pasado en Venecia tiene que ver con la falta de distribución de turismo a otras zonas. En Mérida y Chichén Itzá, aunque de manera remota, hemos visto que los turistas se saturan en un punto muy especíco, por lo que estamos buscando llevar turismo al resto del estado, como en Tekax, Las Coloradas e Izamal”, explica Fridman.

Desde su perspectiva, proyectos como el Tren Maya pueden servir para descentralizar el turismo en el sur del país, siendo un vehículo para movilizar a los extranjeros de manera inteligente y fácil.

limitadas oportunidades, de modo que la llegada de ujos excedentes de visitantes representa una alternativa para los residentes, opina Francisco Madrid, director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac. Sin embargo, el experto sugiere estar atentos a los Pueblos Mágicos, porque aunque no es tan evidente, en algunos de ellos, como Valle de Bravo, hay una sobresaturación durante los nes de semana que puede molestar a los residentes. Las Islas Marietas, en Nayarit, y la de Holbox, en Quintana Roo, son ejemplos de destinos que han sido víctimas de sobreexplotación turística, añade. “No hay que obsesionarse con la idea de que muchos turistas son buenos, o de que el éxito turístico debería medirse en función del número de extranjeros que se tengan”, asevera Madrid, quien fue subsecretario de operación turística de la Sectur en el sexenio del expresidente Felipe Calderón. Para Gerardo Herrera, especialista en turismo de la Universidad Iberoamericana, la inconformidad que han expresado algunos vecinos de la Condesa y la Roma, en la Ciudad de México, contra la llegada de turistas mediante Airbnb, “pueden ser síntomas de que algo está sucediendo”. En México hemos visto episodios de sobresaturación, como en las Islas Marietas y Holbox, pero la turismofobia aparece cuando la población no está consciente de la importancia económica de los visitantes.

“En Barcelona y Valencia presentan turismofobia, en parte, porque cuentan con una economía diversicada y sus residentes no viven exclusivamente del turismo, pero a la gente de la Riviera Maya le queda claro que si no hay turismo, posiblemente no tenga nada para trabajar y subsistir”, considera el académico. En septiembre de 2018, la Organización Mundial del Turismo publicó un informe que tituló ¿Presión turística? Comprender y gestionar el aumento del turismo urbano más allá de las percepciones, en el que lanza una serie de recomendaciones para gestionar el turismo en los destinos urbanos. Aunque en éste reconoce que “no hay una solución única con la que hacer frente a la presión turística y que, para obtener resultados satisfactorios, toda estrategia de gestión de destinos debe adaptarse al contexto”. En consecuencia, algunos destinos han implementado medidas de dispersión de los visitantes dentro y fuera de las ciudades, así como una mejora de la infraestructura e instalaciones de los lugares. 



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