Tierra de pirámides. Vestigios ancestrales en el sur de la entidad

Tampico, Tam.- Por la falta de interés por preservar la cultura prehispánica en la zona sur de Tamaulipas, poco a poco han ido desapareciendo algunos vestigios importantes de la presencia de tribus huastecas; sólo queda la memoria de su existencia, pues desaparecieron para darle paso a la urbanización, así como piezas arqueológicas que en muchas ocasiones son vendidas en ridículo precio por los colonos de zonas apartadas.

En plena zona urbana de Tampico, a unos cien metros de distancia de la principal arterial vial de Tampico, Avenida Hidalgo sobre la colonia Las Flores, existe actualmente una pirámide un tanto deteriorada, pero aún visible que se trató de un centro ceremonial de la cultura Huasteca.

Mide unos seis metros de altura, pero por erosión debió contar con un poco más de altura. La colonia fue descubierta en 1907 por el investigador estadounidense Walter Fewkes.

Se encuentra sobre la avenida Chairel entre Azahar y Clavel, de esa colonia, unas de las más prestigiadas de la región.

Según versión de antiguos habitantes de esa zona, dicha colonia se formó en 1925 con la llegada del auge petrolero; la urbanización obligó a realizar trabajos de motoconformación del terreno, el cual en esa época era muy irregular debido a la gran existencia de pirámides, así como sistemas de drenaje que tenía la civilización huasteca. Aparentemente se trataba de un centro ceremonial en el que rendían tributo a la fertilidad y el crecimiento de la flora

Eran alrededor de 20 pirámides en un área de una hectárea y se cree que la única existente era la más grande. Actualmente es protegida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En dicha área se construyeron en su mayoría casas-habitación y sobre otras lamentablemente calles y un parque al que se le denomina Sierra Morena.

Esa zona mantuvo asentamientos huastecos entre el año 1,000 y 1,250, y abandonada.

La pirámide fue construida con arcilla y cal, sin piedras, pero sí con mucho cascajo de ostras y caracoles; en ella fue encontrada la Diosa de la Fertilidad Teem; cuenta con tres escalinatas, una al oriente, otra al sur y una tercera y de mayor tamaño al poniente, hacia la Laguna del Chairel.

Antes de 1990, el área en donde se encuentra esta pirámide era utilizada como botadero de basura de los lugareños. En 1991 el INAH en coordinación con el municipio lograron recuperar el área y proteger la obra prehispánica.

CROQUIS. Existían 20 montículos en la colonia Las Flores.

HALLAZGOS. Varios objetos han sido encontrados en diversas zonas de la zona sur de Tamaulipas.

TOMAN ENERGÍA

José Llanos, integrante de la asociación “Tampico Antiguo”, menciona que cada año decenas de familias de la región acuden el 21 de marzo (equinoccio) para tomar fuerza espiritual.

En esa fecha cada año buscan visitar dicha pirámide de Las Flores o como le denominan cué para dar la bienvenida al equinoccio de la primavera.

Considera que la pirámide no tiene relevancia debido a que no se la ha dado difusión debida de su existencia, pues la mayoría de los habitantes de la zona sur de Tamaulipas desconocen su presencia.

Reveló que su deterioro es demasiado, pero aún preserva los dotes energéticos que son utilizados por algunas personas para renovarse espiritualmente cada año.

ENERGÍA. Decenas de personas acuden en equinoccio a renovar fuerzas espirituales.

A ORILLA DEL TAMESÍ

No muy distante del centro ceremonial de Las Flores, sobre la orilla del río Tamesí, pero del lado veracruzano (lado oeste del Tamesí), se encuentran las comunidades Cués de Palmas Altas y Cués Orteños, en donde habrían sido descubiertas más pirámides, al menos tres montículos en donde también han sido encontradas piezas arqueológicas, las cuales poco a poco han sido saqueadas por los lugareños y foráneos.

Muchas las piezas descubiertas a flor de tierra, la mayoría monolitos que en su mayoría de las veces son comercializados por los habitantes de esa zona.

Adrián Olvera Tavera, historiador y promotor de la cultura del municipio de Altamira aseveró que entre las dos comunidades existen tres pirámides de al menos 12 metros de altura, pero éstas se encuentran enterradas a causa de los efectos climáticos.

Han encontrado innumerables piezas arqueológicas, como lo es vasijas, monolitos, pequeños utensilios de cocina, lanzas de piedra y jade entre otros.

Dicha comunidad se encuentra a unos 40 minutos viajando en embarcación de la zona centro de Altamira.

Olvera Tavera reveló que las piezas arqueológicas que han sido encontradas son principalmente cuando hay frecuentes precipitaciones pluviales.

“Los niños de esa localidad realizan la búsqueda de las piezas arqueológicas; anteriormente han sido encontradas piezas de mayor tamaño, sin embargo se desconoce el paradero”, citó.

“Los habitantes del lugar le llaman los Cubes, que son montículos de piedra y tierra en forma de pirámide de 8 a 12 metros de altura, son tres los cuales se encuentran en propiedades de ejidatarios. En época de lluvia en que la tierra está más suave se han encontrado algunos objetos o piezas prehispánicas, las cuales los habitantes del lugar las han regalado y otras se han perdido, he aquí algunas de las que aún conservan y que son de buen tamaño y en buenas condiciones”.

En la zona sur de la entidad, al menos se han detectado 10 zonas arqueológicas, la más reciente en el Sierra de la Palma, en Villa Cuauhtémoc, en donde se detectó un monolito de casi un metro de altura y tres presuntas pirámides que también están enterradas.

Asimismo, pidió al INAH establecer un estudio a conciencia de la zona del Tamesí, proteger los vestigios y promoverlos turísticamente, pues podría ser un potencial más de la zona.

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CHAK PET

Otros de los descubrimientos recientes, con la apertura del Puerto de Altamira e instalación de empresas industriales y de almacenamiento de combustibles, fue descubierta la aldea a la que se le denomina Chak Pet, en donde se han localizado al menos 500 restos óseos de personas que vivieron hace poco más de 2,900 años.

Este también asentamiento humano se ubicaba en las zona suroeste del poblado Lomas del Real, en terrenos del Puerto de Altamira.

Ahí fueron recuperadas por el INAH 84 piezas arqueológicas de antigüedades que van del 500 a.C. al 200 d.C., entre vasijas de cerámica prisco negro, objetos de piedra verde, hueso y concha y destacan un pectoral de caracol y un pendiente tallado en la costilla de un animal marino, quizá manatí o ballena, detalló Gustavo Ramírez Castilla, titular del INAH en Tamaulipas.

Este lote de piezas se sumó el descubrimiento de una acumulación de más de 150 figurillas de barro tipo huecas y Pánuco C, algunas fragmentadas y otras completas, colocadas siguiendo un patrón circular, por lo que personal del INAH piensa que se trata de una posible ofrenda ritual para un personaje que podría estar sepultado en ese punto y se cree que datan del año 100 antes de Cristo y 200 después de Cristo.

La actual alcaldesa de Altamira Alma Laura Amparan reconoció la necesidad de un museo que albergue todas las piezas prehispánicas que han sido encontradas en la región sobre todo que la cristalización del proyecto ayudaría a incentivar el turismo.

“Vamos a hacerlo, a darle para adelante, entonces tenemos que verlo porque en Altamira en varios lugares de nuestro municipio tenemos esas hermosas piezas únicas e increíbles”.

Para concretar la obra del museo aseguró que se requieren varios millones de pesos, sin embargo el proyecto sería llevado a cabo con recursos estatales, municipales e incluso se propondrá a la iniciativa privada apoyar la causa.

“Construirlo por partes estaría muy bien porque sería algo muy grande, son muchísimas piezas las que tenemos y que andan por todo el mundo y que mejor que tuviéramos en Altamira lo que es nuestro, esa construcción tendría que ser muy bien pensada porque tiene que ser un lugar accesible, un lugar para seguir creciendo”, expuso.