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‘The alienist’ muestra al Nueva York sucio y retorcido

Daniel Brühl, Dakota Fanning y Luke Evans protagonizan la serie.

‘The alienist’ muestra al Nueva York sucio y retorcido

The alienist” comienza con la explicación de su título, tanto en la novela original de Caleb Carr como en su adaptación televisiva. Como recuerdan ambas, antes del siglo XX los enfermos mentales eran alienados, apartados de la sociedad y de ellos mismos. 

Así se abre una de las novelas policíacas más populares de las últimas décadas y a su esperada adaptación en 10 capítulos. Una historia donde la realidad de Theodore Roosevelt o de J.P.Morgan antes de ser presidente y magnate de las finanzas respectivamente, se mezcla con el empobrecimiento de Nueva York a finales del siglo XIX.

SIN RESTRICCIONES

La adaptación televisiva no escatima a la hora de visualizar los intensos detalles de la novela. Sin poner en duda la importancia del papel de Daniel Brühl, liderando el reparto junto con Luke Evans y Dakota Fanning en su primer trabajo protagónico en televisión. En “The alienist” el verdadero protagonista es Nueva York reconstruido con todo detalle en Budapest.

Desde la publicación del libro en 1994 el problema de su adaptación fue como reconstruir la sordidez de ese Nueva York emergente a costa de los más débiles. Primero se pensó en hacerlo en Canadá, más tarde en la propia Nueva York. Pero cuando no salían los números, las ayudas fiscales a la producción fílmica que concede la capital húngara convirtieron a Budapest en la Gran Manzana. “También hay que resaltar el nivel de detalle que hemos conseguido rodando aquí”, muestra la diseñadora de producción Mara LePere-Schloop durante la visita al set.

FIEL RÉPLICA

Rodada en dos estudios diferentes, la serie reproduce fielmente los tres barrios en los que transcurre la trama: donde reside Kreizler y la alta sociedad, otro de clase media y otro para los barrios bajos donde sobrevivir es un lujo. Los sets son prácticos, construidos para darle a los actores el ambiente en el que se desenvuelven.

“Un mundo que se extiende más del doble en altura y superficie gracias a los efectos especiales”, explica LePere-Schloop. El empedrado viene de Eslovaquia y muchos de los edificios ya existían en Budapest, como la ópera o la estación de autobuses reconvertida para la ocasión. Todo para ofrecer un ambiente como el de las películas “La edad de la inocencia” o “Érase una vez en América” pero en televisión.

“No hay nada que envidiar entre ambos medios”, asegura Evans, quien ya trabajó antes en un Budapest que hizo de Baltimore en 1846 para “El enigma del cuervo”(2012), filme centrado en la vida de Edgar Allan Poe. “Aquí hemos logrado la misma intensidad, pero durante 10 horas”, prosigue. Brühl le secunda. “Si hay algo que me gusta de ‘The alienist” es que recuerda a lo mejor, a Poe, a Dr. Jeckyl & Mr. Hyde, a Jack el Destripador”, compara.

MÁS DE 30 ESCENARIOS

En total fueron más de treinta escenarios diferentes por episodio. Lo más complejo: los burdeles de jóvenes especializados en pedofilia. LePere-Schloop contó con documentación del Museo Lower East Side Tenement dedicado a esos edificios en los que se aglomeraban hasta 15 mil personas de una veintena de nacionalidades. Pero incluso faltaron las imágenes de ese sórdido pasado neoyorquino que reconstruyeron en la serie su colectivo de directores. 

Posible continuación

Como con toda serie de perfil alto, la conclusión de “The alienist” en Estados Unidos originó rumores de una segunda temporada. La serie logró una media superior al millón y medio de espectadores semanales, cifra que duplicó en su emisión en streaming




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