Presentan fisuras en la política de deportación
Informe de derechos humanos dice que 50 de 115 familias contactadas por investigadores indicaron que querían que sus hijos se quedaran en EU, socavando un alegato clave del gobierno de que querían que sus hijos regresaran a Guatemala
Una madre conduce a sus hijos hacia un autobús escoltados por agentes del ICE.
HARLINGEN, Texas.- Laura Peña sabía que tenía dos horas para evitar que los niños que representa fueran deportados a Guatemala. Ella y otros abogados y activistas de diversas partes de Estados Unidos apenas comenzaban a enterarse esa noche de sábado del fin de semana del Día del Trabajo de que los niños migrantes acababan de ser despertados y se dirigían al aeropuerto.
Siguieron horas de confusión, incluida una llamada frenética a una jueza a las 2:36 de la mañana. Fue notablemente similar a un caótico fin de semana de marzo, en que el gobierno de Trump deportó a cientos de venezolanos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador, pese a los intentos desesperados de los abogados y la intervención de un juez que acudió al tribunal un sábado por la noche vestido de civil.
Esta vez, los abogados lograron bloquear los vuelos, al menos por dos semanas, pero el episodio ha generado interrogantes sobre cuán veraz fue el gobierno en sus versiones iniciales.
Un informe del gobierno guatemalteco —obtenido por The Associated Press de un grupo de defensa de los derechos humanos con sede en Estados Unidos— dice que 50 de 115 familias contactadas por los investigadores indicaron que querían que sus hijos se quedaran en el país norteamericano, socavando un alegato clave del gobierno del presidente Donald Trump de que querían que sus hijos regresaran a Guatemala. Otras 59 familias no permitieron que los equipos del gobierno entraran a sus hogares, creyendo que negarse a cooperar haría más probable que sus hijos pudieran permanecer en territorio estadounidense, según el informe.
Quedan muchas interrogantes, incluido un informe detallado de cuántos años tenían los niños y cuántos planeaba el gobierno sacar del país esa noche.
Aunque algunas respuestas podrían surgir en la corte, una reconstrucción de los veloces eventos, basada en entrevistas y documentos gubernamentales, arroja luz sobre el choque más reciente entre el deseo del gobierno de efectuar deportaciones masivas y las protecciones jurídicas de larga data para los migrantes.
Niños reciben la orden de empacar una maleta
Semanas de planificación silenciosa derivaron en que al menos 76 niños abordaran aviones en los aeropuertos texanos de Harlingen y El Paso.
Peña, quien representa a niños migrantes en el South Texas Pro Bono Asylum Representation Project —un organismo de defensa de los inmigrantes—, besó a su bebé de 3 meses y se apresuró a llegar a un refugio. Mientras conducía recibió llamadas sobre niños en otros refugios que estaban siendo subidos a autobuses.
Los niños estaban en el vestíbulo con sus maletas cuando ella llegó, incluido uno que estaba casi "catatónico", aterrorizado de que lo asesinaran al igual que a un pariente en su país si era devuelto, apuntó Peña.
Tres adolescentes que vivían con familias de acogida en el área de Dallas recibieron un aviso con cuatro horas de anticipación, señaló Jennifer Anzardo Valdes, directora de servicios jurídicos para niños en el Comité Internacional de Rescate, que los representa. "Todos hablaron sobre cómo los despertaron en medio de la noche y se les dijo que empacaran una maleta", añadió.
Una jueza es despertada en medio de la noche
La jueza federal de distrito Sparkle L. Sooknanan en Washington fue despertada a las 2:36 de la mañana con una solicitud de emergencia para detener los vuelos. La jueza declaró en el tribunal el domingo que dejó un mensaje de voz para un abogado del Departamento de Justicia a las 3:33 de la madrugada. Ella ordenó detener las deportaciones a las 4:22 de la mañana
"Tengo al gobierno intentando sacar del país a menores no acompañados en las primeras horas de la madrugada de un fin de semana festivo, lo cual es sorprendente", expresó Sooknanan, quien fue nombrada al puesto durante las últimas semanas de la presidencia de Joe Biden. "Sin la acción de los tribunales, todos esos niños habrían sido devueltos a Guatemala, potencialmente a situaciones muy peligrosas".
Drew Ensign, un abogado del Departamento de Justicia, indicó que era posible que un avión hubiera despegado, pero volvió antes de que los niños fueran deportados.
El gobierno de Trump argumentó que actuó a instancias de Guatemala. El subjefe de despacho de la Casa Blanca, Stephen Miller, acusó a la jueza de "secuestrar de hecho a estos niños migrantes y negarse a dejarlos regresar a casa con sus padres en su país de origen".
