Cierre amaga con acabar la asistencia alimentaria
Un programa federal que proporciona asistencia alimentaria a 40 millones de personas de bajos ingresos podría estar en riesgo en noviembre si el cierre del gobierno no se resuelve para entonces.
Una persona que recibe asistencia alimentaria compra alimentos en un supermercado en Bellflower, California.
ESTADOS UNIDOS.- Un programa federal que proporciona asistencia alimentaria a 40 millones de personas de bajos ingresos podría estar en riesgo en noviembre si el cierre del gobierno no se resuelve para entonces.
Y en al menos algunos lugares, no se están aprobando nuevas solicitudes para el programa.
Pero todavía hay mucha incertidumbre sobre el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, conocido como SNAP o cupones de alimentos, un vestigio de una encarnación anterior de la ayuda alimentaria.
Aquí un vistazo a cómo están las cosas:
El programa beneficia a uno de cada ocho personas en Estados Unidos
SNAP es una parte importante de la red de seguridad social del país, tocando a casi uno de cada ocho personas en el país cada mes. Reciben beneficios en tarjetas prepagadas que pueden usar para comprar alimentos.
Las otras grandes piezas de la red de bienestar social — Seguridad Social y Medicaid — deben continuar pagando beneficios durante el cierre. Pero debido a la forma en que está financiado, SNAP es vulnerable.
En el año contable que terminó el 30 de septiembre de 2024, SNAP costó un poco más de 100.000 millones de dólares, incluyendo la mitad de los costos administrativos estatales cubiertos por los contribuyentes federales. Proporcionó un promedio de 187 dólares al mes a 41,7 millones de personas.
Los estados fueron advertidos sobre los beneficios de noviembre
Cuando el gobierno cerró el 1 de octubre en medio de un estancamiento presupuestario en el Congreso, algunas cosas estaban claras sobre SNAP.
Una era que los beneficios continuarían durante octubre.
La otra era que no estaba claro después de eso.
El Departamento de Agricultura, que supervisa el programa, envió cartas el 10 de octubre a las agencias estatales que lo administran diciéndoles que no enviaran ciertos archivos a los contratistas que despejarían el camino para que las tarjetas EBT se cargaran al inicio de noviembre.
Diferentes estados envían esa información en diferentes momentos del mes.
Carolyn Vega, directora asociada de análisis de políticas en Share Our Strength, un grupo contra la pobreza, indicó que pausar el envío de la información ahora no significa que las tarjetas no puedan cargarse el próximo mes, con o sin la reanudación de las operaciones gubernamentales.
Pero tampoco es una buena noticia. "Las incógnitas están tendiendo en una mala dirección para noviembre", expresó.
Encontrar dinero durante el cierre podría ser un desafío
Un acuerdo presupuestario que ponga fin al cierre también restauraría la financiación de SNAP.
A falta de eso, Vega señaló que es posible que los gobiernos estatales o federales puedan liberar dinero para cubrir la brecha. Dijo que antes de un cierre inminente en 2015, se emitieron advertencias similares y luego se revirtieron incluso antes de que el Congreso llegara a un acuerdo para mantener el gobierno en funcionamiento.
Pero debido a la cantidad de dinero involucrado, señaló, eso es un desafío. Los costos generales de SNAP son mucho mayores, por ejemplo, que el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños que ayuda a seis millones de madres de bajos ingresos, niños pequeños y padres expectantes a comprar alimentos básicos nutricionales. La administración del presidente Donald Trump ha reforzado ese programa — por ahora — con 300 millones de dólares.
Hacer lo mismo para el programa más grande podría costar alrededor de 8.000 millones de dólares al mes.
Y con decenas a cientos de millones de dólares mensuales por estado, encontrar dinero estatal para cubrir los costos también podría ser difícil.
