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‘Teje’ su vida, y le va bien…

Aprendió el arte viendo a otro, al paso del tiempo se puso a vender diversos objetos personalizados

Agustín González Esparza, vendedor ambulante, teje nombres.‘Teje’ su vida, y le va bien…

Río Bravo, Tam.- Al principio Agustín González Esparza de 49 años de edad, nacido en San Luis Potosí, residente de la ciudad de Reynosa, hace tiempo trabajaba como albañil, dice que, es un trabajo pesado pero que siempre lo hacía con gusto, de pronto sufre un accidente, cae de su bicicleta en marcha y su brazo izquierdo se quiebra, necesitaba una operación urgente, pero su economía no se lo permitió, su hueso fue soldando mal con el tiempo, y ya no pudo trabajar, pues al cargar cosas pesadas se lastimaba demasiado.

Agustín se preocupó mucho, pues tenía una familia que mantener, así que junto con su esposa, la señora Herminia Tijerina Sánchez, buscó la manera de solventar los gastos del hogar, ella resolvió preparar tacos y tamales para que saliera a vender, ir por las calles vendiendo a él se le hacía pesado, ya no era lo mismo después del accidente que tuvo.

Un día vio a un hombre que tejía nombres en plumas, pulseras, anillos, aretes, diademas, broches para el pelo, collares, todo hecho a mano y este arte le llamó mucho la atención, así que lo estuvo observando y aprendió, fue algo que le gustó tanto que también se puso a vender estos artículos, lo interesante es que lo hace en menos de 10 minutos, lleva 10 años de práctica haciendo esto, lo cual le ha dado para mantener a su esposa y sus 5 hijos.

Tejer nombres, le ha permitido viajar a diferentes partes de la República para enseñarle a otros jóvenes lo que él sabe hacer. Algunas ocasiones al momento de ofrecer sus productos, ha sufrido de discriminación por su forma de ser, hablar y vestir, dice que se siente triste por ello, a veces la gente es prejuiciosa, pero que de inmediato recuerda a su familia y regresa el ánimo, es por ellos que lucha día a día, para seguir adelante.

Podemos encontrar a Agustín cada 15 días en las calles de nuestra ciudad, ofreciendo sus bordados, lo cual hace con una pasión que, da mucho gusto verlo trabajar, es muy alegre y platicador, seguro te sacará una sonrisa.

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VIVE. Este trabajo le da para sustentar su hogar.




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