Citan a paciente con cáncer hasta el 2026
Una verdadera historia de dolor y negligencia es la que vive la señora Aracely Santillán Valle
Sin respuesta en la Unidad 270 de IMSS a paciente con cáncer de pulmón.
Una verdadera historia de dolor y negligencia es la que vive la señora Aracely Santillán Valle, de 53 años de edad, quien desde hace varios meses fue diagnosticada con cáncer de pulmón, enfermedad que marcó el inicio de una pesadilla que parece no tener fin.
Con la voz entrecortada y las lágrimas corriendo por su rostro, Doña Aracely relató que siempre fue una mujer sana y trabajadora: "De un día para otro empecé a sentir molestias... nunca imaginé que fuera algo tan grave", relata. Un simple ultrasonido cambió su vida: los médicos le informaron que tenía cáncer.
Su primera esperanza fue el Hospital General, pero ahí, dice, nunca fue atendida. Los días pasaban y su salud empeoraba. Gracias a una persona que le ofreció trabajo en limpieza, logró obtener acceso al IMSS, creyendo que por fin recibiría la atención que necesitaba. Pero la realidad fue aún más cruel.
Por la imperiosa necesidad, tuvo que acudir a consulta al vecino municipio de Reynosa al Hospital 270 del IMSS, donde debería estar recibiendo tratamiento oncológico, pero sólo la traen de vuelta en vuelta, asegura.
"Ya no aguanto los dolores, y lo único que me dan es paracetamol", denuncia con impotencia. El tiempo ha pasado y el cáncer ha avanzado. Hoy, Aracely enfrenta una etapa terminal con metástasis, sin recibir las quimioterapias ni los medicamentos que podrían darle una oportunidad de vida o, al menos, aliviar su sufrimiento.
"Les he pedido que me manden al IMSS de Monterrey para que me atiendan, pero me dicen que las citas son hasta enero (de 2026). No sé si llegue a ese mes", dice entre sollozos.
Mientras tanto, el dolor no la deja dormir, caminar ni respirar con tranquilidad. "Es algo que estoy viviendo y no se lo deseo a nadie".
ada día que pasa, el cuerpo de Aracely se debilita, pero su espíritu sigue aferrado a la esperanza de que alguien la escuche, que alguna autoridad vea su caso y actúe antes de que sea demasiado tarde.
Hoy, su historia es un grito desesperado contra un sistema de salud que debería salvar vidas, pero en su caso la está condenando a la muerte.

