buscar noticiasbuscar noticias

El primer apóstata de la Diócesis de Victoria

Es libre de profesar la religión de su predilección

Cd. Victoria, Tam.- Tomaron cuatro intentos para que la Iglesia Católica aceptara la solicitud de apostasía de Jesús Manlio Favio Zorrilla Cásares, hombre de 45 años nacido en esta ciudad capital, con la cual se encuentra libre para profesar la religión de su predilección de manera oficial y reconocido por la institución religiosa, convirtiéndose así en el primer ‘apóstata’ de la Diócesis de Victoria.

Jesús Manlio Favio Zorrilla Cásares, primer apóstata reconocido por la Diócesis de Victoria.El primer apóstata de la Diócesis de Victoria

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía para el Censo 2020 se registraron 97 millones 864 mil 218 personas creyentes en la fe católica a nivel nacional, lo que representó una disminución del cinco por ciento respecto al Censo 2010 donde 103 millones 014 mil 966 mexicanos se reconocieron como profesantes de la religión católica; fue el nueve de febrero cuando el ahora excatólico envió la solicitud al obispo Oscar Efraín Tamez Villarreal, la cual se contestó el 20 de mayo pasado.

“Mi mamá a lo mejor lo hizo de buena fe – mi bautizo – pero no era mi religión, por usos y costumbres tal vez, pero ya con esto puedo decidir mi propia religión”, a pesar de renunciar a su fe católica, Manlio Zorrilla Cásares se dijo creyente a pesar de que aún no decide si se convertirá a otra religión ya sea cristiana o de otra denominación, “mucha gente me decía ‘okay ya no les reces a ellos, rézale a quién tú quieras’, aquí el problema es que existe un documento que dice que ‘les perteneces’ porque te bautizaron, firmaron, e incluso pagaron para que se diera y yo lo quería legal porque es como pertenecer a un club”.

El llamado ‘primer apóstata’ de Victoria cree que su decisión pueda servir a que más personas lleven a cabo este trámite ante la Iglesia Católica aunque destacó que este no es su objetivo, sino que se trata de una decisión de cada persona, “las únicas consecuencias de esto es que ya no estoy bautizado ni confirmado, ni la primera comunión, y tal vez cuando esté en mis últimos momentos cuando pida un sacerdote se me va a negar porque ya no soy de esa religión”.



DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD