Juegos del Silencio

¡Sayonara!

Fue en un estadio semivacío, como ocurrió en todas sus competencias, pero eso no impidió que algunos suspiros se escucharan en las tribunas del estadio Nacional de Japón, mientras se extinguía la llama de la esperanza, esa que habitó en la bahía Odaiba durante poco más de dos semanas, como símbolo del enésimo intento porque el deporte sea ese puente entre más de 200 naciones