
El día de los hechos, poco antes de las 9:00 horas, alguien tocó la puerta y le pidió a Juan Ramón que moviera su camioneta; él tomó sus llaves y salió a cambiar de lugar el vehículo, pero pasaron los minutos y él no regresaba a la casa, por lo que su esposa se asomó y ya no estaban ni él ni el automotor