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¿Te consideras ‘supermujer’? ¡Esa etiqueta podría traerte problemas!

Las mujeres, sobre todo las latinas, suelen dejarse en último lugar para concentrarse en su trabajo y/o su familia, lo que no es sano, pues dejan de lado su autocuidado y es muy probable que en la vejez dependan de alguien. Aprende a vigilar tu alimentación y sobre todo tu composición corporal para llegar a la tercera edad radiante.

¿Te consideras ‘supermujer’? ¡Esa etiqueta podría traerte problemas!

El envejecimiento inicia poco después de que dejamos de crecer, lo que sucede entre los 20 y 25 años; luego el sistema hormonal nos mantiene unos cuantos años en buenas condiciones, pero a partir de la década de los 30 inicia el declive, que se acentúa a partir de los 40… ¿Qué estás haciendo para llegar a la vejez en buenas condiciones y no depender de nadie?

Aunque este proceso natural ocurre de la misma forma entre hombres y mujeres, los cambios hormonales en las mujeres son más drásticos, así que la mujer debe estar consciente de que debe trabajar en su autocuidado desde las más tempranas etapas y conocer qué debe hacer en cada periodo. 

Trabajar fuera de casa, un parteaguas

Infinidad de mujeres han dejado sus hogares y sus familias para buscar el sustento. Las necesidades económicas y sociales las han llevado a pasar menos tiempo en casa, lo que ha ocasionado drásticos cambios en la alimentación tanto de ellas como de sus familias.

“Los médicos decimos que estamos viviendo una transición epidemiológica, pues desde las últimas cuatro décadas la mujer ha dejado atrás sus hábitos y costumbres de buena alimentación, para dar paso a comida ultraprocesada y un estilo de vida más sedentario. Ahora hay retos que antes no se enfrentaban y que están impactando la salud física y mental femenina” explica Rocío Medina, vicepresidenta del Consejo Consultor de Herbalife Nutrition. 

La especialista alertó sobre la cada vez más frecuente presencia de mujeres jóvenes con problemas de salud muy importantes. “La mujer no se está dando cuenta de la importancia de la alimentación y la nutrición. Y no hablamos de una composición corporal, de imagen o de peso, sino de un bienestar integral que se está perdiendo en la búsqueda social de ‘algo’”. 

Actualmente la mala nutrición es una constante en mujeres de todas las edades. Por un lado está la obesidad y por el otro la anemia, una de las deficiencias de micronutrientes más frecuentes en México. “Vemos gente obesa con anemia de todas las edades, porque el estar sobrenutrido es estar mal nutrido, comer mucho no garantiza que le estás aportando a tu cuerpo lo que necesita”. 

La mujer carga con la responsabilidad social de la alimentación de la familia, aunque esta debería ser responsabilidad de todos los adultos que habitan en casa, y ahora que se la pasa fuera del hogar se enfrenta a la culpabilidad de no llevar a la casa los alimentos adecuados y ver que el hijo creció deficiente o tiene kilos demás y no sabe qué hacer. 

“Tenemos escasez de alimentos densamente nutrimentales, que son los alimentos con pocas calorías, pero con muchos nutrientes, comemos lo contrario, alimentos con muchas calorías y pocos nutrientes, y no solo nosotras estamos teniendo esa mal nutrición, sino que la estamos llevando a casa”. 

¿Qué hacer? Desde ahora vigila tu composición corporal

Para empezar, las mujeres deberían motivarse a buscar una vida más saludable tanto por ellas como por sus familias. Lo primero les permitirá un envejecimiento sano, autónomo. “La meta es envejecer en casa con calidad, que estés bien para que puedas vivir sola” destaca la especialista. 

La segunda parte es la correcta alimentación familiar. “La cultura de una buena alimentación y de un estilo de vida activo y saludable es la mejor herencia que podemos darle a los hijos”. 

En etapas tempranas de la vida, la mujer tiene la ventaja de que su sistema hormonal la ayuda a tener una composición corporal sana. Esa composición sana es un balance entre músculo, grasa, agua. Esos parámetros son muy fáciles de medir con un aparato de impedancia. 

La composición corporal ha tomado una importancia radical en la salud, pues ahora se sabe que entre más alejado estás de tu composición corporal óptima más riesgo tienes. 

La mujer entre los 20 y los 30 años mantiene una composición corporal sana gracias a un sistema hormonal anabólico en el que el músculo se mantiene. El músculo es un tejido positivo que produce sustancias que tienen un efecto benéfico, todo lo contrario a un excesivo tejido adiposo, el cual produce sustancias como citoquinas que son proinflamatorias y dañan al cuerpo. 

“Cuando la mujer es joven su sistema hormonal la ayuda y la masa muscular la protege, pero conforme los estrógenos declinan, empiezan los problemas” alerta Rocío Medina. 

¡No más supermujeres!

La mujer puede tener una etapa perimenopáusica de hasta 30 años. Es un periodo muy prolongado que puede convertirse en todo un reto por tantos cambios hormonales. “Es una época mal comprendida por la sociedad y por el sexo masculino” lamenta. 

Es importante que las mujeres se preparen, sobre todo porque sienten la necesidad de tener la misma energía a los 20, a los 30, a los 40 y a los 50 años. “Debemos comprender que el sistema hormonal empieza a declinar, así que debemos tener estrategias para enfrentar esos cambios”. 

¿Por qué no hablamos de la misma manera de los hombres que de las mujeres? Porque en el sexo femenino estos cambios son muy abruptos. “En la mujer inicia un importante aumento de peso y grasa intraabdominal; la pérdida de masa periférica ocasiona que tengan un abdomen protuberante y piernas y brazos muy delgados” dice la especialista. Ese fenómeno se conoce como obesidad sarcopénica, una cuestión muy importante que puede prevenirse. 

“No tenemos que llegar a la vejez con un estómago muy prominente y miembros inferiores y superiores muy delgados; esa obesidad sarcopénica nos deja sin la protección muscular y con el daño del tejido adiposo, un tejido agresivo para el cuerpo pues ocasiona inflamación”. 

¿Por qué llegamos a esa obesidad sarcopénica en una etapa menopáusica y postmenopáusica? Porque no entendemos esos cambios y porque no prevenimos. “México es el sexto lugar de diabetes en el mundo, millones de personas con complicaciones y todo eso podría prevenirse y manejarse si hubiera estrategias fáciles que se adapten a nuestro estilo de vida”. 

Maneja el estrés

Este factor afecta de manera importante a las mujeres, pues les genera cambios hormonales que aumentan la grasa intraabdominal. La elevación del cortisol y la insulina crean un círculo negativo del que sí es posible salir, pero se requiere un gran esfuerzo. 

No modifiques tus hábitos por presión social

La alimentación actual del mexicano es proinflamatoria y obesogénica. “Culturalmente el medio ambiente es agresivo, cuando las personas, o las mujeres en particular, quieren empezar a cuidarse, se enfrentan a una serie de presiones sociales”. 

No escatimes en alimentos sanos

Debemos entender —y no malentender— la economía de la casa, porque a veces tratamos de ahorrar en ciertos alimentos de gran valor nutrimental y no nos damos cuenta que las enfermedades nos generan más gastos. No malentendamos el ahorro. 

Infórmate

Es básico conocer cuáles son las opciones nutrimentales, cuáles son los alimentos densamente nutrimentales, la importancia de la lectura de las etiquetas para que sepas qué estás comiendo. “Esto lleva tiempo, pero no se trata de cambios drásticos de un día para otro, es entender la importancia de una buena nutrición permanente”. 

Alacenas sanas

Lo mejor es que en tus anaqueles solo haya alimentos sanos. “Los niños están más tiempo en casa, así que todo lo que esté ahí debe ser saludable”. Ya no compres alimentos altos en azúcar, grasa, sodio y prefiere lo natural y lo orgánico a lo ultraprocesado.



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