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Un lunch saludable

No sólo el contenido se debe cuidar, sino buscar formas de hacerlo atractivo.

Si hay algo que los niños aman, son los alimentos ricos en azúcares, harinas, grasas y demás ingredientes poco favorecedores para la salud, por lo que hacerles el lunch diariamente representa un verdadero reto para cualquier padre o madre de familia, sobre todo cuando se trata de frutas y verduras o cualquier otra cosa saludable.

Un lunch saludable

Para fomentar en los niños y adolescentes los adecuados y recomendados hábitos alimenticios, todo adulto que lo intente deberá hacer uso de sus mejores estrategias de persuasión, convencimiento y sobre todo, imaginación, indica la nutrióloga Liliana Nevárez, entrevistada en especial para CIENCIA MÉDICA.

Hazlo Atractivo

“Los niños en general son muy visuales, si ven algo colorido, que llame su atención, que se vea divertido, con figuras, dibujos, caricaturas que les gusten o que les sean familiares o de diferentes texturas, de manera inmediata y en automático es casi un hecho que se lo van a llevar a la boca sin importar como huela o que sabor tenga”, explicó.

Estas, dijo, son las principales características que la comida debe tener para lograr que las ingieran y entre mas pequeños, más fácil será acostumbrarlos  a mantener buenos hábitos alimenticios.

La creatividad y la imaginación aquí juegan el papel principal y de acuerdo a la especialista, en internet hay tutoriales para aprender a hacer desde carros, hasta caritas, globos, plantas y un sin fin de cosas más, con recursos fáciles y al alcance de todos.

¿Qué debe de llevar un lunch saludable?

De acuerdo a la nutricionista, el desayuno es el alimento más importante del día porque será este el que brinde la energía que el cuerpo necesita para sobrevivir a las actividades que le esperan a toda persona a lo largo de su jornada.

“Una lonchera bien armada debe de llevar alimentos que proporcionen energía, que sean de origen animal y que contengan altos niveles de fibra, vitaminas y minerales como las frutas y las verduras, todo esto se resume en tres grupos, decir, lípidos, carbohidratos y proteínas. Consumiendo estos tres, el metabolismo va a trabajar adecuadamente y va a ayudar a reducir la ansiedad durante el día”, explicó.

Costo

• “Es una creencia muy común entre quienes no tienen buenos hábitos alimenticios. La realidad es que la comida sana es más barata y rinde más, el problema es que a muchos les gana la pereza de preparar los alimentos para su comida, picarlas, cocerlas, almacenarlas”, explica la nutrióloga.

• Lo que es caro, dijo, y es con lo que los jefes de familia se confunden, es con los alimentos orgánicos que a través de un proceso químico son separados de componentes como el famoso gluten.

• De ahí en más, el costo-beneficio de llevar una vida sana es significativo a la larga cuando se evitan gasto de consultas médicas por obesidad, sobre peso u otros trastornos relacionados a los hábitos alimenticios, además del ahorro en medicinas, dietas mas rigurosas ó específicas, hospitales, entre muchas otras cosas. “Cuando llevas una buena alimentación todos estos gastos son innecesarios”.

Ejemplo ideal

• Huevo. Preferentemente que no esté cocinado con mucho aceite, con cubrir tan sólo la superficie del sartén para que no se pegue es más que suficiente.

• Pieza de Pan. De preferencia que sea integral ya que quita el hambre por más tiempo ya que el metabolismo tarda más en procesarlo y absorber los nutrientes.

• Pieza de fruta. Dependiendo de los gustos del pequeño, todas las frutas son recomendables.

• Cereal. La avena es un cereal ideal muy bueno para la digestión y lograr una sensación de saciedad, además de que proporcionan energía.

• Jugos o agua. Los jugos, especialmente los comerciales que se encuentran en caja, se recomienda se consuman tan sólo una o dos veces como máximo a la semana, ya que contienen grandes cantidades de azúcar procesada. Es mejor envasar jugos de frutas naturales endulzados con miel u otras piezas ricas en fructosa, endulzan natural como plátano o piña, o bien, agua natural.

• Leche. A partir de los 12 años ya no es recomendable dar leche entera porque el cuerpo humano a esa edad ya no procesa debidamente la proteína de la leche (la lactasa). Preferentemente incluir sustitutos como la leche de almendras o leches deslactosadas.




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