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Octubre: mes de sensibilización sobre el cáncer de mama

Fue declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el marco del Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama que se conmemora cada 19 de octubre.

Octubre: mes de sensibilización sobre el cáncer de mama

Durante todo el mes el objetivo es concientizar sobre la detección oportuna y el tratamiento adecuado para enfrentar la enfermedad.

LA PREVENCIÓN, EL MEJOR TRATAMIENTO

El cáncer de mama es más frecuente en las mujeres. Por ello es de vital importancia exhortarlas a conocer las diferentes técnicas de autoexploración. Una de ellas es la práctica de la mamografía, conocida también como mastografía.

Se trata de una revisión periódica que se realiza cada tres o seis meses para detectar tempranamente la enfermedad y ofrecer un pronóstico confiable.

De este estudio depende la posibilidad de curación si es detectado a tiempo.

LA IMPORTANCIA DE LA MAMOGRAFÍA

“Este estudio se realiza partiendo del conocimiento de las pacientes sobre la autoexploración y descubrir cómo es su mama. De esa manera podrán detectar si hay alguna formación anormal en la anatomía de su seno. Dependiendo de la etapa en la que se encuentra en su vida, si aún es una mujer en edad fértil, que todavía tiene su menstruación, es importante que se realice la exploración generalmente una semana después de que terminó su regla, pues las mamas dejan de estar sensibles y les permite realizarla mejor”, comenta el médico Marcelo Caballero Montoya, especialista en radilogía, quien nos compartió su opinión sobre el cáncer de mama y las medidas de prevención.

Lo ideal, dijo, es que la paciente elija siempre un mismo día para realizarse la exploración y lo repita cada mes. De esa manera podrá saber si su mama se siente de una forma o de otra en cada momento de su ciclo.

“La paciente quizá prefiera hacerlo el día primero o el quince de cada mes. Lo importante es hacerlo frente al espejo para que además del tacto, también lo pueda realizar de manera visual. Si durante la exploración nota algo extraño, puede acudir con su médico de confianza”, agregó.

Caballero Montoya indicó que la mastografía se realiza dependiendo de la edad de la paciente.

“Por ejemplo, en una mujer mayor de 40 años la mastografía nos sirve para detectar cuánto tejido glandular y tejido graso tienen sus mamas. Por tanto, mientras más joven es, más glandular es su mama. Conforme la mujer envejece en el seno se va formando más grasa. En la mastografía la grasa se manifiesta de color oscuro, mientras que el tejido glandular blanco. Cuando detectamos alguna tumoración, quiste o nódulo, estos se aprecian de color blanco. Obviamente si la mama de por si es glandular y de color blanca, difícilmente podríamos descubrir algo blanco en un fondo blanco”, explicó.

Conforme la mujer envejece sus mamas forman grasa y esta se presenta de color oscuro, lo que dificulta la identificación de una imagen blanca en un fondo oscuro. Es por ello que la indicación de la mastografía se recomienda para pacientes mayores de 40 años, resaltó el médico.

“Hay pacientes que a veces su tejido mamario tarda más en envejecer y se convierta en grasa. Para esos casos se les complementa con un ultrasonido, pero siempre cada año a partir de los 40 se deberá realizar la mastografía y dependiendo de la evolución, su tejido mamario se analiza para ver si requiere un ultrasonido o no”, dijo.

LA EDAD ES PRIMORDIAL

¿A partir de qué edad es recomendable que las mujeres se realicen estos exámenes para detectar a tiempo el cáncer de mama?

“Lo importante es que la paciente se realice la autoexploración a partir de los 20 años y la mamografía a partir de los 40. En el caso de pacientes con un antecedente familiar directo como madre, hermana, tía o abuela que hayan padecido cáncer de mama, a ellas se les pide que diez años antes de que se le diagnosticó a su familiar se revisen aunque sean menores de 40 años y no tengan ningún problema en su exploración. Todas las pacientes menores a 40 años que tengan antecedente de cáncer de mama o que durante la exploración noten algo raro en su pecho, lo indicado es realizar un ultrasonido”, explicó.

El radiólogo agregó que toda mujer debe aprender a conocer bien su cuerpo y así detectar cualquier signo de alarma. Basta con estar atenta a cualquier cambio en el tamaño de sus senos y si se aprecia alguno, acudir inmediatamente al médico, que es el responsable capacitado para valorar si se trata de un cáncer de mama.

LA ALIMENTACIÓN, QUÉ PAPEL JUEGA

SALUD platicó con la nutrióloga y educadora en diabetes Jessica Gama, quien nos habló acerca de la importancia de la alimentación para prevenir el cáncer de mama.

En el marco del mes de la lucha contra el cáncer de mama y desde su perspectiva como nutrióloga, Gama destacó la importancia de la alimentación para prevenir esta enfermedad.

“Existen muchas investigaciones que relacionan los malos hábitos alimenticios con el cáncer. De los aspectos que más predisponen al cáncer están en primer lugar los hábitos alimenticios antes que fumar. De acuerdo a diferentes estudios, se dice que la grasa o la carne quemada o ahumada conduce al cáncer de mama. Pero existen otras investigaciones relacionadas con los carbohidratos simples: azúcar contenida en la comida chatarra y exceso de carbohidratos como pan, refrescos, bebidas industrializadas embotelladas y esto se relaciona porque desde mi punto de vista son alimentos muy procesado que tienen poco valor nutrimenal y calorías vacías que no aportan ningún beneficio y sí dañan”.

La nutrióloga explicó que las personas tienden a sobrecargar el cuerpo con calorías extras. Es decir, el doble de un día pero sin nutrirse.

“De esta manera el cuerpo se queda sin herramientas con qué defenderse,  bajamos el sistema inmune y eso hace más débil nuestro cuerpo ante cualquier padecimiento y no tenemos las defensas con las cuales combatirlo porque no tenemos nutrientes. Así que definitivamente está totalmente comprobado que la alimentación está relacionada con la aparición de cáncer”, comentó.

Si volteamos a ver unos años atrás, dijo, el cáncer era menos común de lo que es hoy en día. Esto ha cobrado fuerza porque la industria de los alimentos ha crecido mucho y hoy produce alimentos que gustan más, pero en cierto modo son grasosos, saladas o azucarados para que se vendan.

“Si uno compra un producto light, este es modificado contra la propia naturaleza del alimento. Le quitan sus propios nutrientes y le agregan otros peores. Opino que no se deben consumir como base de una dieta los productos light, ni los productos bajos en grasa o azúcares. Lo que debemos comer es comida de verdad como pollo, pescado o carne, frijol, arroz, lentejas, ejotes, chícharos, verduras en todas sus presentaciones de preferencia crudas que son lo más natural”, explicó.

Existe un grupo de las verduras: los crucíferos, que está comprobado que previenen el cáncer de seno, de colon, de recto y de esófago, como las coles de Bruselas, el repollo, el brócoli, la coliflor. Existen además las grasas saludables que no tienen nada que ver con la grasa que se relaciona con el cáncer, como almendras, nueces en todas sus variedades, pistaches, cacahuates (aunque en menos proporción del grupo de las semillas). El aceite de oliva extra virgen también entra en este grupo, así como el aguacate.

“La grasa del pescado es buenísima. Contiene Omega 3 y está comprobado que es uno de los mejores antioxidantes. Por eso muchas personas lo consumen para evitar todo tipo de enfermedades, entre ellas el cáncer”, añadió.

ALIMENTOS QUE PREVIENEN EL CÁNCER DE MAMA

El cáncer de mama está íntimamente relacionado con el exceso de estrógenos en el cuerpo. La leche o alimentos muy procesados que al tener muchos aditivos como productos químicos, se confunden en el cuerpo como estrógenos y esto provoca una sobre producción de células cancerígenas que fácilmente se confunden con células mamarias.

“Realmente un alimento clave que ayude a curar no existe. Lo que las personas deben hacer es un equilibrio en su vida. Lo importante es consumir alimentos reales, productos que no tengan etiquetas. Simplemente que sean frutas, verduras, pescado, frijoles. Estos son alimentos de verdad que vienen de la naturaleza. No es algo creado o procesado que requiera de aditivo para durar más tiempo. En la medida de lo posible se deben evitar refrescos, exceso de carne roja, embutidos y lácteos de mala calidad. Son alimentos que al tener un ph muy ácido el cuerpo trata de combatirlo y pierde fuerza al defender el sistema inmune. Entre menos consuman alimentos procesados, evitaremos la aparición de cáncer”, concluyó.

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Alberto Reséndez Fotografía/Modelos: Mario Jasso, Carmen Patiño y Eimy y Juno Jasso Patiño.

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