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El médico de cabecera

El médico de cabecera

A medida que pasan los años, conocer cómo responde tu cuerpo a ciertos fármacos, cómo está tu estado de salud en general y qué seguimiento requieres, es una labor que el médico de cabecera sabe hacer como ningún otro.

El médico de cabecera debería tener mayor presencia en las familias, dice Amador Macías, geriatra e internista, debido a que favorece a la prevención de enfermedades con diagnósticos tempranos y la recomendación de chequeos periódicos, además controla y evita el mal uso o excesivo de medicamentos o tratamientos.

"La gente requiere un médico que los conozca. Así como no cambias de pediatra generalmente, o de ginecólogo, lo mismo debería ser el médico del adulto joven y mayor, alguien que conoce tu proceso y en razón de eso sabe mejor cómo responder", dice.

En ciudades como Monterrey cada vez es común que las personas prefieran irse directamente con un especialista ante la aparición de un síntoma, dice Macías, lo cual, más que ser idóneo, puede ser un riesgo si se equivoca o pierde tiempo valioso en diagnosticar o si descuidan otras áreas de la salud que no le competen.

"Hay un error en las ciudades de estar yendo con el súper especialista, aquel que sólo tiene una sola área, es muy bueno con el pulmón o el corazón y se pierde esa visión general", comenta.

Lo más común, dice, es que la gente confunda síntomas y decida por su cuenta con cuál especialista ir.

"Alguien dice, 'oye me duele la boca del estómago, no pues voy con el gastroenterólogo', pero el tipo se está infartando y el gastro no tiene un electro. Les dicen 'hoy no tengo cita, vengase mañana', y el señor no llegó porque se infartó en la noche".

¿QUIÉN LLEVA LA BATUTA?

El mejor médico de cabecera es un internista o un médico familiar para las personas entre 18 y 60 años, recomienda Macías.

Esto debido a que tienen las habilidades y los conocimientos para tratar enfermedades cuidando todas las áreas, pedir apoyo a un especialista en caso de que se requiera y prevenir futuros padecimientos con diagnósticos tempranos.

"Es importante transmitir que el adulto, lo ideal es que tuvieran de médico de cabecera a su médico internista, no un cardiólogo, no un neumólogo o un gastroenterólogo porque yo padezco del estómago, pues sí, pero tienes que ver las otras áreas", explica.

"El internista debe ser capaz de decir 'ya diagnostiqué, el señor trae un problema en el corazón, tenemos que ser más sofisticados en el tratamiento, el cardiólogo me puede apoyar. O trae una neumonía, la puedo iniciar tratando yo, pero si se complica, le hablo al neumólogo para que me apoye'". 




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