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7 alertas que el cuerpo envía para descubrir si tienes diabetes

No duele y por eso pasa desapercibida

Un endocrinólogo detalla siete factores que debemos tener vigilados para prevenir o al menos diagnosticar a tiempo esta enfermedad, sobre todo si hay casos en la familia, si se tiene sobrepeso, apenas se realiza ejercicio y no se sigue una alimentación adecuada. (especial)

7 alertas que el cuerpo envía para descubrir si tienes diabetes

El término científico es poliuria y se trata de uno de los síntomas más característicos de la diabetes. Cuando la sangre contiene una alta concentración de azúcar, el cuerpo busca los medios para eliminar ese exceso. Intenta paliarlo haciendo uso de los riñones, lo que provoca que orinemos más cantidad y de manera más frecuente. Este síntoma es especialmente visible durante la noche (nicturia) y puede incluso afectar nuestra capacidad para descansar. Si usted cree que va al baño más de lo habitual, considere acudir al médico para consultar a qué puede deberse.

MAYOR SENSACIÓN DE SED

Para compensar la pérdida de líquidos por el exceso de orina, el cuerpo pone en marcha la alerta de la sed. Es el efecto de nuestro metabolismo intentando corregir el primer desajuste. Se trata de un círculo basado en nuestra propia fisiología: nuestro metabolismo trata el azúcar mediante su dilución con agua, por lo que cuanto más azúcar tengamos en la sangre, más agua necesitaremos. Y como es obvio, más frecuentemente acudiremos al baño a eliminarla.

Tratar esa sed con bebidas azucaradas, carbonatadas, batidos o incluso con jugos embotellados es desaconsejable y no hará sino añadir glucosa a nuestro torrente sanguíneo iniciando nuevamente todo el proceso.

PÉRDIDA DE PESO

Resulta irónico que una afección como la diabetes, asociada a una inadecuada alimentación y a la obesidad, tenga como uno de sus síntomas la pérdida de peso. Sin embargo, cuando se tiene el azúcar muy alto, la insulina -que trabaja consumiendo energía- resulta insuficiente o no funciona como debería y esa situación obliga al cuerpo a buscar las reservas de grasa para obtener la energía que necesita. La insulina es una hormona generada en el páncreas y cuya misión fundamental es aprovechar los nutrientes que el cuerpo necesita. Especialmente se encarga de la biosíntesis de la glucosa. Es decir, de convertir las moléculas del azúcar en partículas más grandes necesarias para el organismo, un proceso para el que es necesario consumir energía. Esta pérdida de peso es un síntoma característico de la diabetes en la infancia.

CANSANCIO TODO EL DÍA

La sensación de falta energética es un signo muy común en todos los tipos de diabetes, especialmente en el tipo 2. En este síntoma entran en juego varios factores que hacen que a pesar de hacer poco ejercicio físico, se sienta cansado y escaso de fuerzas. En primer lugar y conectado con los primeros puntos, el cuerpo está constantemente deshidratado. Gestionar el exceso de azúcar requiere gran cantidad de agua y energía que el metabolismo desvía para realizar esas funciones internas, dejando menos para otras tareas diarias. Además el exceso de azúcar está consiguiendo que sus células estén peor alimentadas. Puede sonar paradójico si tenemos en cuenta que la glucosa es la principal fuente de energía de las células, pero hay que recordar que la responsable de administrar esa entrada de energía es precisamente la insulina. Cuando el nivel de azúcar es excesivo, la insulina no gestiona adecuadamente el combustible interno que necesita nuestro organismo y aparece el cansancio injustificado.

HERIDAS QUE CICATRIZAN MÁS LENTAMENTE

La diabetes es fundamentalmente una enfermedad cardiovascular. Por lo tanto sus problemas más serios están relacionados con la vascularización, ya sea en los grandes vasos -por eso existe más riesgo de infartos e ictus cerebrales cuando se padece esta dolencia- o en los vasos más pequeños, que son los que se ocupan de cicatrizar pequeños cortes y heridas. Además, esto también incide en un mayor peligro de contaminación e infección.

HORMIGUEO Y PICORES EN LAS EXTREMIDADES

Los hormigueos y picores en las extremidades no se deben al azúcar en si mismo, sino a las complicaciones en la vascularización. Se conocen como neuropatías y son muy características de la diabetes, sobre todo a medida que la enfermedad avanza. Se sabe que un alto porcentaje de diabéticos desarrollará problemas en el sistema nervioso a lo largo de su vida.

En las primeras etapas de la enfermedad, unos niveles excesivos de azúcar en sangre pueden producir daños leves en los nervios periféricos, lo que se traduce en picor, escozor, hormigueo o entumecimiento de las extremidades. Si usted los sufre a menudo, quizá es momento de consultar con su médico para encontrar la causa.

VISIÓN BORROSA

En las primeras etapas no se trata de la grave retinopatía diabética que puede conducir a la ceguera. En los primeros estadíos, se tratará sólo de momentos de visión borrosa, como si necesitaramos lentes oscuros. Cuando los niveles altos de azúcar en sangre son elevados, esto afecta inevitablemente también al sistema visual y sus conexiones. El exceso de azúcar puede además causar la inflamación del cristalino, una estructura que funciona como una lente y que al cambiar de forma, puede alterar nuestra capacidad de enfocar los objetos y por tanto hacer que veamos borroso.




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