Expectativa y realidad

En la actualidad los matrimonios tienen menos duración que en la época de nuestros abuelos y es que son muchos los factores que influyen para que esto suceda.

En la elección de pareja se depositan expectativas y el contrato matrimonial supone el cumplimiento de esas expectativas. Al menos es lo que toda pareja desea.

La licenciada en Psicología con especialidad de Psicoterapia Breve Sistémica con enfoque en soluciones, Susana Alejandra Rivera Rodríguez, destaca tres puntos importantes para logar que la vida en pareja resulte lo más cercana a nuestro ideal.

“Cuando conoces a esa persona que te gusta vas depositando esas expectativas: ‘yo quiero que sea el padre de mis hijos’, ‘yo quiero que siga teniendo esos detalles cuando se case conmigo’ y lo mismo sucede con los hombres. Ellos también se forman expectativas de su ideal de compañera”, dijo.

En la etapa de noviazgo siempre se muestra la mejor cara, pero no hay la convivencia diaria, ni la resolución de conflictos, hablar acerca de dinero o sobre los detalles en los que se basa un matrimonio.

Componentes de la relación marital

Compromiso. Es el grado de atención para estar involucrado con la pareja.

Cuidado. Dejar a un lado los propios deseos y cuidar a tu pareja, no sólo en el sentido económico, sino también en el emocional.

Comunicación verbal y no verbal

Siendo este el consejo más ofrecido para una pareja debemos especificar que es la comunicación.

“La comunicación debe ser clara, concisa, que cuando haya que resolver algún asunto puedas entender la parte de responsabilidad que tú tienes sobre lo que estás interpretando de lo que la otra persona está haciendo en comunicación no verbal” señaló Rivera Rodríguez.

Por ejemplo, ahora que están planeando la boda, ella llama por celular y le dice al novio: “elige un color —presenta tres variedades de morado—. Él, que en realidad no tiene idea de esa gama de morados, le contesta: “elige tú el que te guste”. Ella, molesta, le puede reclamar falta de interés. Sin embargo, ¿cómo podemos evitar ese reclamo, ese momento de conflicto y tensión?  Podemos cambiarlo por la manifestación de nuestro pensamiento y nuestro sentir, no creándonos conjeturas, no deducir, no adivinar, no imaginar”.

La psicoterapeuta señala que esto se vive día a día con la comunicación a través de las redes sociales.

“Ponemos un ‘ok’ en vez de palabras, entonces le dejas a la persona que lo recibe toda la responsabilidad de deducir lo que tú le quieres decir con ese ‘ok’”

También es importante que en un tras pie no involucremos a terceras personas, menos aún si son parte de la familia. No se trata de no escuchar consejos, sino no sacarlos a colación durante una pelea o discusión: “bien me decía mi mama que no me convenías”.

“Finalmente y parte de la comunicación clara entre la pareja, como terapista me gusta aconsejarles a las parejas que realicen rituales. Algo que hagan juntos siempre y que pueda mantener esa llama encendida. Antes de dormir dile a tu pareja lo que te gustó que hizo ese día. Con esa programación se irá a dormir, entonces lo más probable que suceda es que sueñe con eso bonito y agradable que hizo, ocasionando que de manera inconsciente vuelva a repetir dicha acción sin que tú se lo tengas que pedir”, concluyó la terapeuta.

Tres tipos 

de expectativas

1.- Conscientes y verbalizadas

Cuando le decimos a nuestra pareja lo que deseamos de ella. Ejemplo: “mi amor, me gustaría que cuando nos casemos al menos una vez al año nos fuéramos de vacaciones”.

2.- Expectativas conscientes y no verbalizadas

Son los detalles que tuviste durante el noviazgo y que se van perdiendo en el matrimonio por la cotidianidad, por la rutina y el trabajo. Se va perdiendo el romance, pero aparece algo más importante: la intimidad.

“Es bueno traer esas expectativas conscientes no verbalizadas a verbalizadas, porque así evitamos pretender que adivinen nuestros pensamientos o deseos”, comentó la especialista

3.- Expectativas inconscientes

Todos provenimos de una familia y en ella aprendemos ciertos patrones de conducta que nos hacen personas, entonces queremos poner en la propia familia las cosas que más nos gustaron de la familia nuclear, por ejemplo:

— “En mi casa de reúnen todos los domingos a hacer carne asada”—

Esos son detalles que deben ser verbalizados para que no existan conflictos a futuro. Nunca los demos por asumidos.