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Un pedacito de Suiza

El icónico escudo con cruz de Victorinox va mucho más allá de las navajas suizas

Es cierto que estos accesorios, su producto insignia, se han convertido en parte de la identidad del país, al igual que los famosos alpes o los ricos chocolates que se producen en la región.

Un pedacito de Suiza

Hay navajas disponibles de distintos tamaños, texturas, colores y modelos. Y para quien compra una o la recibe como regalo, este objeto es más que un accesorio de utilidad: es, en palabras del director actual, Carl Elsener IV, como llevar consigo en todo momento un pedacito de Suiza.

Pero con el paso de los años, la marca Victorinox ha evolucionado y su oferta se ha expandido a otras categorías de productos, en particular cuchillos de cocina, equipaje, relojes y fragancias. Cada uno atiende a tres de los ejes principales de la marca: viajes, exteriores y cocina o cuchillería.

¿Cuál es el hilo común entre todos estos artículos? Que, al igual que las navajas que dieron origen a la compañía, estos maridan la sencillez con la durabilidad y la eficiencia con el garbo.

Así, pueden convertirse en útiles compañeros de un cocinero en ciernes, de un distinguido chef, un oficinista, un trotamundos, un empresario, un buzo, un campista o, incluso, un astronauta que sale en una expedición.

Conviene ver cada producto en acción: maletas livianas con múltiples compartimentos, maletines, carteras, relojes de cuarzo, peladores de papas o cuchillos diseñados para verdura, carne, pizza o pan, por mencionar algunos.

Las fragancias pueden evocar la frondosidad de los bosques suizos, las brisas de los lagos, los aromas primaverales o la llegada de los primeros copos de nieve durante el invierno europeo.

No es para menos, ya que la marca sigue teniendo su sede en Ibach, el mismo poblado donde comenzó la historia. Aunque ya es una compañía conocida por todo el mundo, todavía se siente el espíritu de aquel pequeño taller de cuchillería que Karl Elsener I, bisabuelo del director actual, fundó en 1884, hace 138 años, y a la marca que posteriormente nombró Victoria en honor a su madre (el "Inox" se agregó en la década de los 20, como referencia al acero inoxidable de sus productos).

Hoy en día, la manufactura de varios artículos de la compañía involucra ruidosas máquinas que funcionan a toda marcha, pero a lo mecánico se suma un equipo de trabajadores que revisa la fiabilidad de los artículos.

Porque si bien la gama de productos de esta compañía se ha ampliado con el tiempo, lo que se mantiene es ese elemento de eficiencia que ha conseguido un público cautivo y una identidad tanto suiza como global.

Tiempo de activarse

Recientemente, Victorinox presentó en México (su cuarto mercado en el ámbito global) el reloj Journey 1884, con el cantante Alexander Acha como embajador. Inspirado en los paisajes de Suiza y para ser utilizado incluso en entornos de actividad intensa, este producto tiene una certificación ISO de resistencia a los golpes y al agua, y se puede personalizar con varias correas.

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