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Tres claves para convertir la longevidad en un regalo para tu vida

Toma decisiones orientadas a reinventarte, a planificar y experimentar y a mantener viva la pasión por aprender

Cada vez viviremos más años y la longevidad puede ser un regalo o una maldición, dependiendo de lo que hagamos ahora. Al menos, esta es la reflexión de dos profesores de la London Business School: Andrew Scott y Lynda Gratton, autores de “La Vida de Cien Años”, una obra que ha ganado el premio al Mejor Libro del Año según Knowsquare. La propuesta parte de un hecho indiscutible.

Si tomamos en cuenta las tres claves anteriores, muy probablemente seamos capaces de disfrutar de una vida con sentido.Tres claves para convertir la longevidad en un regalo para tu vida

La esperanza de vida ha aumentado, tanto que en la actualidad un niño que nazca en Occidente tiene más del 50% de posibilidades de vivir hasta los 105 años. Esta cifra era inferior al 1% hace apenas un siglo. Además, la incorporación de las nuevas tecnologías al cuidado de la salud ayudará a que tengamos más cumpleaños y conseguirá incluso “curar” el envejecimiento, como afirman José Luis Cordeiro y David Wood en su provocador libro “La Muerte de la Muerte”.

Más allá de adivinar hasta cuándo viviremos, parece claro que en términos generales superaremos a nuestros padres y nuestros hijos nos superarán a nosotros. Por ello, si vamos a disponer de más tiempo y con una mejor salud, ¿qué podemos hacer para disfrutar de una vida plena todos los años que tenemos por delante? Andrew Scott y Lynda Gratton sugieren que independientemente de la edad que tengamos, revisemos nuestra agenda de decisiones vitales en tres grandes áreas.

Reinventarnos en las distintas etapas

La longevidad abre nuevas fases vitales, como lo hizo en su día el siglo XX. Hasta entonces, no existía la adolescencia o la jubilación, era todo un continuo. Ahora hay otras etapas distintas, como la que se abre desde los 18 a los 30, caracterizada por no asumir las responsabilidades que tomaron nuestros padres por ejemplo o las que se inauguran a partir de la tercera edad. No existen modelos anteriores, por lo que tendremos que reinventarnos en base a dos preguntas: ¿quién soy? y ¿cómo voy a vivir? Esto significa que no esperemos hacer siempre lo mismo, sino que nos demos permiso para buscarnos la vida haciendo cosas distintas.

Planificar y experimentar

La longevidad nos va a enfrentar a necesidades económicas superiores, lo que nos requerirá una mejor planificación financiera y un mayor ahorro o inversión. Igualmente, si necesitamos reinventarnos como personas en cada una de las fases, tendremos que planificarlo con antelación. Y esto estará relacionado con atrevernos a experimentar, a curiosear sobre qué otras cosas se nos han quedado en la recámara y que teníamos ganas de hacer, como ser pintores, cocineros, dar clases o lo que cada uno decida.

Pasión por aprender

Lo que nos hará sentirnos vivos será la actitud constante hacia el aprendizaje. Si creemos que las últimas fases de nuestra vida las vamos a pasar frente a una televisión, muy probablemente la longevidad sea una carga. En cambio, si alentamos nuestras ganas de aprender, fomentamos la creatividad, disfrutamos del arte o de cuestionarnos a nosotros mismos. Así podremos entrenar una mente joven independientemente de la edad que tengamos. Y ejemplos de ello hay muchos, como Peter Drucker, escritor del mundo de la empresa, que murió a los 96 años de edad habiéndose especializado también en temáticas tan dispares como los arreglos florales japoneses o los métodos de guerra medieval, entre otras. Su afán por aprender le permitió ser una mente preclara en el terreno de las empresas y un hombre feliz.

En definitiva, vivir más de 100 años puede ser un regalo si tomamos decisiones desde nuestro presente, orientadas a darnos permiso para reinventarnos, a planificar y experimentar y a mantener viva la pasión por aprender.



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