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Se solicita reportero

Por aquéllos benditos años, el periódico “El Mañana” fundado en Reynosa por Don Heriberto Deándar Amador, estaba inicialmente establecido por la calle Porfirio Díaz entre Morelos y Zaragoza. Tenía allí el equipo de linotipia que por esos tiempos era de lo más moderno. La máquina consistía en un sistema provisto de matrices que funde los caracteres en plomo y forma líneas completas en una caja o bloque el cual se utiliza, ya formado, en la impresión.

Arturo Cantualla.Se solicita reportero

Las oficinas administrativas y el equipo de trabajo estaban en el mismo local y el periódico consistía en un principio en solamente dos hojas, espacio suficiente para las noticias y comentarios de aquella época, que no eran muchos.

Pasados algunos años de duro y agotador trabajo y de ahorro, Don Heriberto y su señora esposa Doña Ninfa Martínez de Deándar, vieron coronados sus esfuerzos y pudieron cambiar las instalaciones del periódico a un área más espaciosa donde ocupaban más personal tanto administrativo, como de talleres y de redacción.

La calle a donde se trasladó es una diagonal que corre en forma de ángulo con el boulevard Hidalgo y se llama Río Guayalejo, de la colonia Del Valle. Allí hicieron sus pininos periodísticos muchos hombres y mujeres que luego se harían famosos en la incipiente ciudad.

La página policíaca era bien surtida por noticias rojas y amarillentas por aquel extraordinario reportero Guillermo Rosales Pérez, quien les daba clases de derecho a los Agentes del Ministerio Público.

La columna que leían varias veces con avidez los políticos regionales (decían que la leían varias veces porque no entendían lo que Juan Ramos quería decir) estaba a cargo de Juan Ramos Rodríguez. 

También escribían de política Rodolfo Sarubi Carballido, Gilberto Reyna Villegas, éste último en su famosa columna “Días de Reynosa” y el gran maestro de la política el profesor don Fortino Cisneros Calzada.

La reseña social, que estaba siempre al tanto de los bautizos, quinceañeras, cumpleaños y bodas ocurridas en la localidad, estuvo en un principio a cargo de la señorita Lupita Hinojosa, que se hizo célebre por sus comentarios sociales y después fue cubierta por el insigne reportero Adán Reyes Guerrero y su equipo de colaboradores.

Excelente reportero de cosas culturales y económicas lo es, el distinguido periodista Alberto Tea Guzmán.

Otro de los reporteros estrellas que tenía el periódico en el ámbito policiaco fue Sergio Cossar, quien tuvo también un muy escuchado programa radiofónico sobre el mismo tema.

El área deportiva estuvo cubierta por un tiempo por Juan Ramos Rodríguez y lo continuó haciendo muy bien por cierto, Misael Torres Treviño, amigo y compañero del barrio “Los Cantarranas”.

No podían faltar los fotógrafos que ahora se han vuelto clásicos: Gabriel Galarza, Raúl Puente Cervantes y Benito Escamilla.

La dirección local del periódico estuvo a cargo de Arturo Cantualla Soto (QEPD), también mi amigo y compañero de escuela y de barrio. Crecía la ciudad y crecía en todos los aspectos.

El auge petrolero había movido muchas familias de otros estados que se habían trasladado a Reynosa para ocupar los puestos ofrecidos en Pemex y en las diferentes empresas que ya se estaban instalando en la creciente población.

Se construyó el edificio del hospital y oficinas administrativas del Seguro Social. También se edificaron las instalaciones de la primera clínica y hospital de Pemex, el edificio de las oficinas administrativas de la misma empresa, bodegas, talleres y almacenes.

La ciudad bullía con el ruido de la construcción. Pero se requería mano de obra, a veces especializada. A falta de la especialización, las empresas o patrones tenían que ellos mismos adiestrar a su personal. 

Pues sucede que cierta ocasión El Mañana necesitaba un reportero para cubrir un espacio libre y pusieron un aviso de ocasión: “Se solicita un reportero”.

Prontamente llegó un joven moreno él, algo barrigudo, y le dice a la recepcionista mostrándole el periódico: Vengo por el anuncio. La dama ocupada como estaba, sin verlo, le dice: pase con el Jefe Cantualla, señalándole el escritorio donde estaba el director local.

Se acerca con Cantualla y nuevamente le señala el periódico y le dice: Vengo por el anuncio. ¿Qué sabe usted hacer?, lo interroga el Jefe. Pues sé hacer conchas, novias, revolcadas, donas, empanadas, trenzas, besos, ojos de gringa. Ya párele, ya párele, lo detiene Cantualla. Eso no es lo que nosotros necesitamos.- Requerimos un RE POR TE RO. ¡Ah, caray! ¿Qué no dice: solicitamos un RE POS TE RO?, entonces leí mal. El aspirante, que por cierto fue aceptado, fue Mario Castorena que durante muchos años se dedicó a la noble labor de periodista. 

* Artículo publicado 

originalmente en el 2007.




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