Recuperan joyas reales suecas robadas el verano pasado
Dos coronas del siglo XVII fueron sustraídas a plena luz del día en una catedral del sureste del país
La policía sueca dio esta semana por recuperado un conjunto de valiosas joyas reales del siglo XVII, que incluyen dos coronas históricas del rey Carlos IX y la reina Cristina, robado el verano pasado de la catedral de Strängnäs.
Según el diario Aftonbladet, el conjunto compuesto por dos coronas, dos esferas con una cruz y dos centros, apareció en un cubo de la basura, aunque las autoridades suecas no lo han confirmado.
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EN INVESTIGACIÓN
La policía informó que las investigaciones se ha centrado en un grupo criminal de la capital sueca y que siguen buscando a más delincuentes que podrían haber participado en el robo, además del joven de 22 años que está siendo juzgado desde la semana pasada por un tribunal de Eskilstuna al centro del país.
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El anuncio del hallazgo de las joyas provocó esta semana la suspensión de la última vista del caso, mientras se reabre la investigación contra el acusado quien se declara inocente a pesar de que pruebas técnicas lo conectan con el lugar del robo.
Las cámaras de seguridad de la catedral registraron el pasado 31 de julio a dos personas saliendo a mediodía de la iglesia, de donde huyeron en bicicleta para saltar luego a una lancha con la que cruzaron el lago Mälaren.
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ATUENDO REAL
Las dos coronas forman parte del traje funerario del rey Carlos IX, muerto en 1611 y su mujer, la reina Cristina, que falleció 14 años más tarde y se encontraban en un expositor en la catedral con sistema de seguridad y alarma antirrobo.
Las dos coronas son de oro, aunque la del rey es de mayor tamaño y cuenta con adornos en plata, además de joyas y perlas.
Junto a la vitrina en donde se encontraban se hallaron varios detalles de la corona de Carlos IX, que se cree ha resultado dañada.
Otro robo de similares características ocurrió hace seis años en Västeras, al oeste de la capital, de donde fueron sustraídas una corona y un centro del atuendo funerario del rey Johan III.
Estos dos objetos aparecieron días después en unas bolsas de basura al borde de una autopista tras una denuncia a la policía.