buscar noticiasbuscar noticias

Libros de políticos: memorias contra la historia

Los políticos escriben libros sobre su pasado reciente para reivindicarse, justificarse, ajustar cuentas y borrar mediante el olvido lo malo de su gestión

Un expresidente (Mariano Rajoy); un presidente todavía en funciones (Pedro Sánchez), dos exministros (José Bono y Jorge Fernández Díaz), y un exministrable (Josep Antonio Durán i Lleida) han publicado en los últimos meses obras incompletas con sus recuerdos recientes, un material resbaladizo para el trabajo de historiadores.

Presentación del libro de Mariano Rajoy, el pasado día 2 de diciembre.Libros de políticos: memorias contra la historia

Aunque escriben sobre los mismos hechos, las versiones que manejan no coinciden y, a veces, ni siquiera se complementan. Si las opiniones son libres y los hechos son sagrados, en casi todos los escritos abunda la libertad y se esconde alguna blasfemia.

El catedrático Enrique Moradiellos, premio Nacional de Historia, cuenta que Tucídides, militar ateniense e historiador, no se fiaba de su propia memoria. Por eso, para escribir Historia de la guerra del Peloponeso, contrastó sus recuerdos con los de otros que, como él, participaron en aquella contienda. “Y reconoce”, explica Moradiellos, “que aquella labor era fatigosa porque los testigos daban cuenta distinta de los hechos”. Tucídides lo escribió así: “Los mismos que están presentes en los hechos, hablan de diversa manera, cada cual según su particular afición o según se acuerda (…) Mas aquellos que quisieran saber la verdad de las cosas pasadas (…) hallarán útil y provechosa mi historia, porque mi intención no es componer farsa o comedia que dé placer por un año, sino una historia provechosa que dure para siempre”.

El ideal de Tucídides se alimenta de las memorias de los políticos, pero no solo ni de manera principal. “Quien dice Historia no dice solo memoria, sino testimonios, biografías… pero todo cotejado con documentación exterior”, sostiene Moradiellos. “La memoria puede ser endeble, y estar sesgada por el interés”.

Rajoy admite el sesgo: “Si yo no aportaba mi versión de lo que sucedió, otros podrían hacerlo y conociendo a algunos, lo harían de manera diferente y menos cariñosa con mi humilde persona”. Nunca llevó un diario y por eso tuvo que hacer “un esfuerzo memorístico”. Habló con muchas personas, recuperó documentos, buscó fotografías, consultó agendas... y olvidó lo que menos le interesaba. Con esos mimbres fabricó una realidad cariñosa y puso título a su obra: Una España mejor (editorial Plaza Janés). Gobernó en un periodo difícil cargado de sobresaltos: combatió la amenaza del rescate a un país en quiebra; gestionó de urgencia la abdicación del Rey; vivió como presidente la disolución de ETA; intervino Cataluña aplicando por primera vez el artículo 155… y sufrió la condena a su partido por corrupción que desencadenó la moción de censura que le sacó del Gobierno y de la política activa. Y con todos esos inconvenientes, dejó una España mejor de la que recibió, según concluye.

Aznar sacó una conclusión parecida en el libro donde hizo balance de sus ocho años de mandato (Memorias I, Planeta) publicado poco después de abandonar el cargo. El expresidente grabó durante los meses previos a dejar su puesto “una buena cantidad de cintas magnetofónicas” con sus recuerdos. “Decir la verdad no es un ejercicio fácil. Yo me he esforzado por decirla siempre”, escribió Aznar. “Mi Gobierno ha demostrado que dijo la verdad [sobre el 11-M], la verdad sobre los datos que iban apareciendo, la verdad sobre las líneas de investigación, la verdad sobre las hipótesis que se iban manejando a medida que avanzaba nuestro conocimiento de los hechos”. A las 13 horas y 06 minutos del 11 de marzo de 2004, Aznar llamó a  Jesús Ceberio. Hablaron durante un minuto y 51 segundos. El presidente sostuvo entonces que el atentado en los trenes era obra de ETA, y explicó que aquella afirmación no era una deducción, ni siquiera la hipótesis principal sobre lo ocurrido, sino un hecho. Los mandos policiales que investigaron el atentado contaron semanas después en el Congreso de los Diputados que, desde el primer momento, la línea principal de investigación apuntó al terrorismo islamista y no a ETA. La historia no es solo la memoria de un presidente, también hay que sumar otros testimonios y documentos exteriores…

Josep Antoni Durán i Lleida fue jefe del grupo de Convergència i Unió en el Congreso (2004-2016). En su libro de memorias, titulado El riesgo de la verdad, explica cómo Artur Mas le engañó para justificar el adelanto electoral de 2012.



DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD