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La lengua habla en Internet

El español, el tercer idioma en la Red en número de usuarios, necesita crecer más allá del ámbito de los hablantes nativos y ofrecer contenidos digitales atractivos

Cuando Tim Berners-Lee creó Internet en 1990, no supo a ciencia cierta que había inventado un universo paralelo. Dos años después de que el británico desarrollara todo ese flujo de información en inglés, nacía en Santander su equivalente español.

Cartel de la película “Roma”, de Alfonso Cuarón, en Los Ángeles.La lengua habla en Internet

Ahí, Ángel J. Camacho echó a andar la registrada como primera página web en castellano de la historia. Servía para intercambiar datos entre investigadores en su Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad de Cantabria dentro de un proyecto desarrollado gracias al CERN europeo. Pero como sospechó que aquel invento podría convertirse en algo equivalente al fuego o la rueda, decidió abrirlo y fundar una página de razas caninas.

La web para perros llegó a ser de las más vistas durante años. “Claro, al principio no había tantas”, comenta. Hoy, Camacho sigue ahí. Como ven, casi sin darse la debida importancia de pionero. Pero lo cierto es que el reguero que inició bajo la estela de Berners-Lee cambió nuestras vidas en el ámbito global e interconectó a un universo de 480 millones de hispanohablantes.

Su impacto y futuro es uno de los temas centrales que se desarrollaron en el Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado el pasado 27 de marzo en Córdoba, Argentina.

HITOS Y TROPIEZOS DE LA HISTORIA DEL ESPAÑOL EN INTERNET 

Casi 30 años después de su desarrollo, la Red es un tótem que ha vivido intensamente. Tanto como para ya haber perdido la pureza, pervertido sus mejores intenciones y aglutinar al tiempo efectos con poder para mejorar el mundo. Los primeros cinco años de la década de los 90 sirvieron para que fuese naciendo e implantándose en todo el territorio hispano.

América Latina tomó conciencia global del fenómeno en paralelo a España y fomentó entonces con rapidez sus redes continentales. Si bien las primeras inversiones las fueron haciendo las empresas, los ámbitos de la creación, la cultura y la comunicación comenzaron a expandir su influencia por el nuevo medio con un impacto imposible de calibrar.

UN IMPACTO QUE LLEVA AL PRESENTE CON UNA POSICIÓN DE DOMINIO EN CIFRAS

El español es hoy el tercer idioma de la Red, junto al inglés y al chino. Pero, ¿quedan los números a la altura de su influencia en calidad? Conozcamos antes los datos de someterlos a análisis: de los casi cuatro mil millones de usuarios de Internet que existen en el mundo, un 8.1% se maneja principalmente en español.

En términos de crecimiento, ha experimentado un 1.696% en 17 años (desde 2000 a 2017), aunque sólo un país de habla hispana (México), se encuentra entre los diez con mayor número de usuarios.

Sin embargo, para las entradas en Wikipedia, aunque mantiene la segunda posición en consultas, ocupa el noveno lugar por debajo del inglés, el alemán, el francés, el italiano, el ruso y lo que es más sorprendente: el sueco, el neerlandés y el cebuano.

“El potencial de crecimiento del uso del español en Internet sigue siendo muy superior al del inglés, que comienza a mostrar síntomas de saturación, al menos como lengua nativa”, afirma Fernández Vítores, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares.

Lo comenta sobre la base de otro dato de su informe: el inglés ha crecido un 632% frente al 1.696% del castellano. Este despegue se debe, sobre todo, a la incorporación a la Red de usuarios hispano-americanos. Sólo en Iberoamérica y el Caribe, el incremento de internautas fue del 2.035% entre 2000 y 2017.

EL CHINO, COMO OTRA LENGUA EN LA CÚSPIDE DE USUARIOS

Del 8.1% del español al 19% que ocupan los usuarios del chino existe distancia. Incluso sin que -Google sea accesible desde el país más poblado por restricciones políticas. 

El éxito obtenido por Roma en la última edición de los Óscar es sin duda un botón de muestra que da cuenta de la proyección del español fuera del ámbito hispanohablante, con especial impacto en la órbita anglohablante. Pero en cuanto a difusión científica, el español renquea.

La mayoría de las revistas científicas de prestigio se publican directamente en Internet y algunas ya hace tiempo que abandonaron el papel. Aunque los últimos años la ciencia en español ha logrado superar algunos de los más desfavorables indicadores de desarrollo, todavía se encuentra muy lejos respecto a la redactada en inglés, lengua franca por excelencia para la comunicación de los resultados científicos en la Red.

Y no es una cuestión de falta de producción académica en español, sino más bien al contrario. De hecho, el elevado número de revistas científicas en español con frecuencia enmascara el reducido índice de impacto que muchas de estas tienen en los principales índices de eco internacionales.

Nuestro idioma sólo podrá mantener su segundo puesto en el ranking de idiomas más utilizados en la Red si la oferta de contenidos digitales no para de crecer.

Fomentar la digitalización y consumo de contenidos culturales digitales es un requisito imprescindible para garantizar la competitividad de las industrias creativas de nuestro país globalmente.

ES MOMENTO DE DESPERTAR

Es muy importante no dejar que dinámicas atascadas frenen los avances.

Muchos proyectos que han podido impulsar el español en la Red se quedan en ideas viejas para un mundo nuevo o mueren en la orilla por no disponer de recursos suficientes. La materia prima está siendo explotada por otros con más visión: el famoso valor económico del español es una idea que aprovechan más las empresas lingüísticas en Estados Unidos que las propias españolas, mexicanas o colombianas. Lo más grave radica en la falta de visión sobre qué hay que hacer y cómo.

LA DEMOGRAFÍA ES TERCA

Fernández Vítores sigue apuntando a esa evidencia como dato clave frente a la pereza mental que impide aprovechar oportunidades en ese sentido. La principal virtud del español es a la vez su principal escollo para su avance como lengua internacional: la demografía.

La proyección de futuro del español no depende tanto de su presencia en Internet como de la fuerza de este idioma en el mundo.

Pero no debemos olvidar que el avance cualitativo resulta primordial, según José Antonio Millán, lingüista y creador del Centro Virtual Cervantes (CVC), una de las iniciativas pioneras del español en la Red.

De poco van a servir sin embargo las campañas de desprestigio que el castellano sufre actualmente por los poderes dentro del propio gobierno de Trump. Redes como LinkedIn siguen apostando por este idioma como un activo profesional, incluso en quienes no lo utilizan como lengua materna.

Muchos abordan la rivalidad entre el inglés y el español en la Red como una batalla que requiere sus armas para no dejarse engullir. Para poder aprovechar mejor la riqueza de sus diferentes hablantes y de los distintos países que forman la comunidad deberíamos intervenir con más rapidez. Es algo que, como intenta hacer la Fundación para el Español Urgente (Fundéu), debe prevenir la aparición de nuevas palabras y términos que suelen llegar desde el omnipresente inglés.

LA AUDACIA SIGUE SIENDO UNA RECETA VÁLIDA

Debemos contar con medios de comunicación más preparados, más atrevimiento con los neologismos que tanto nos cuestan, promover la creatividad en el uso del idioma y la incorporación de palabras y la recuperación de otras. También, prestando atención a nuevos fenómenos como las interfaces de voz para aprender a comunicarnos con ellos, intervenir y crear algoritmos del lenguaje y exigir conocer cómo actúan las multinacionales, así como establecer etiquetas y códigos universales que permitan una comunicación humana y fluida a través de los programas, incorporar con naturalidad en el lenguaje la parte audiovisual y las imágenes que ya nos desbordan.

El estudio del idioma requiere su vigor renovado. No tanto hacía el pasado, sino hacia el futuro. Vivimos un momento en el que se cuestiona hasta la ética que hemos de introducir en las máquinas, pero nos hemos olvidado de la importancia del lenguaje para razonar y discutir sobre lo más correcto.

Como nos descuidemos, acabaremos con una ética en las máquinas que proceda de la cultura. Su expresión lingüística y mental será predominantemente anglosajona. Y entonces ahí, el español sufrirá un daño difícil de calibrar. La consecuencia acarreará un desarraigo lingüístico de mentalidades. Otra incertidumbre, como si no sufriéramos ya bastantes.

LA VOZ DEL MAÑANA

La irrupción de los nuevos dispositivos inteligentes dará al español una segunda oportunidad en Internet. Nos permitirá incrementar el uso de este idioma en la Red a través de la oralidad.

Para 2020, el 50% de todas las búsquedas serán hechas mediante la voz. Tanto los contenidos culturales como los informativos. La música y los libros son ya de lo más buscado en Internet vía voz (cerca del 43%). Dispositivos como por ejemplo Amazon Echo o Google Home, además de seguir los comandos de voz para responder preguntas u órdenes de compra, también son capaces de leer en voz alta libros electrónicos y reproducir audiolibros y podcasts, así como noticias o contenidos educativos.

“Para que el español sea utilizado en la web por más personas tiene que existir un inmenso catálogo de contenidos culturales, informativos y educativos en formato digital y fomentar su consumo.

¿Apostarán los creadores de espacios culturales por convertir sus creaciones tanto en prensa, revistas, novelas o libros de texto en formatos audio para aprovechar las oportunidades que se nos avecinan en la próxima década?




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