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La biblia de la rebelión psíquica

Un libro recopila los textos de Genesis P-Orridge, líder de bandas como Throbbing Gristle o Psychic TV e icono de la contracultura más radical

En ese año extraño y siniestro que fue 2020, marcado por tantas muertes intempestivas, murió también en Nueva York el artista, músico y performer Genesis P-Orridge (Neil Andrew Megson). Su gusto por la subversión de las formas artísticas y corporales, y en ocasiones por la provocación pura y dura, hizo que la mayor parte de la carrera de Genesis transcurriera por canales subterráneos y en los márgenes de la escena artística y musical. Su muerte ha dejado pendiente la tarea de evaluar la importancia de su figura y su pensamiento en las últimas décadas. La publicación en español de La biblia psíquika, que recoge sus textos más importantes de las décadas de 1980 y 1990, es un punto de partida perfecto para conocer el sustrato teórico que alumbró gran parte de su obra.

Genesis P-Orridge en Nueva York, en 2007.La biblia de la rebelión psíquica

Alrededor de 1970 se dio a conocer como figura visible de COUM Transmissions, colectivo de performance art que fusionaba el gusto por la sangre y los fluidos del accionismo vienés, la confrontación con el público, el potencial subversivo de la pornografía y la modificación corporal a veces violenta. Cuando a finales de la década el escándalo provocado por sus performances amenazaba con convertirlo en el enfant terrible de la prensa sensacionalista, Genesis decidió trasladar su trabajo a la escena del art-rock, ya considerablemente sacudida por la llegada del punk.

Su siguiente proyecto, la banda de rock industrial Throbbing Gristle, tenía una inspiración esencialmente burroughsiana. Definida como un antimuzak que interfiriera con las frecuencias de control de la civilización, la música de Throbbing Gristle no tenía ninguna intención de ser agradable ni placentera para el oyente, más bien lo contrario. Su meta era interferir con las transmisiones de las instituciones sociales, políticas y sobre todo de las corporaciones mediáticas; y lo intentaba por medio del shock sensorial. Pero quizás el movimiento más singular de la carrera de Genesis era el que estaba por venir.

En sus páginas hay textos de historia cultural, técnicas de meditación basadas en los “sigilos mágicos” del ocultista Austin Osman Spare y planes de ‘descondicionamiento’ de las identidades sexuales

Alrededor de 1981, y ya disuelta su banda, Genesis buscaba formas alternativas de poner en práctica su ideal artístico de des-condicionar al individuo de los mecanismos de control social. Toda la carrera de Genesis es básicamente un intento de responder a la pregunta burroughsiana: “¿Es posible cortocircuitar nuestra conducta social?”. Sea en forma de proceso interior del performer individual, o bien de experimento colectivo de adaptación de los cultos carismáticos, el des-condicionamiento social es la clave para entender la obra de Genesis.

Su siguiente proyecto, mucho más ambicioso que los anteriores, se llamó Thee Temple ov Psychick Youth (Templo de la Juventud Psíquica). Concebido inicialmente como red de centros de vida alternativa, el Templo promulgaba formas de aislamiento autogestionado de la sociedad. Cada centro, concebido como un laboratorio de formas de sexualidad alternativas y revolución mental, se mantendría económicamente mediante la actividad artística (y propagandística) de sus miembros.

Externamente, el Templo, que llegaría a tener miles de miembros en el Reino Unido, la Europa continental y América, asumió una estética inspirada en sectas carismáticas como la Iglesia del Proceso o el Templo del Pueblo de Jim Jones, con parafernalia militar, alzacuellos, cabezas rapadas y símbolos ocultistas. Su “brazo mediático” sería otra banda de música, Psychic TV, concebida como ambiciosa intervención en la cultura de masas que sirviera a los fans de puerta de entrada al Templo y los convirtiera en adeptos. Psychic TV tuvo cierta proyección en la escena de la música pop de los años ochenta y principios de los noventa, aunque no la bastante como para garantizar la supervivencia del Templo. La organización desapareció a principios de los noventa en medio de escándalos sexuales, peleas intestinas y comportamientos que remedaban las sectas carismáticas, no necesariamente a modo de acción artística conceptual.



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