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La becaria que descubrió la penicilina

Fleming descubrió la penicilina, pero aun escondía secretos que necesitaron de la colaboración de una nueva becaria

¿Quien descubrió la penicilina? Si nos encontramos esta pregunta en un concurso de televisión o en un juego de mesa, la respuesta correcta será Alexander Fleming. Según la versión oficial, fue un descubrimiento casual mientras estudiaba cultivos bacterianos en su laboratorio. Era septiembre de 1928. Tras un mes de vacaciones, comprobó que algunas de sus placas se habían contaminado con un hongo. Iba a tirarlas indignado por el trabajo perdido, pero comprobó que alrededor del moho no crecía ninguna bacteria, por lo que esta debía secretar algo que fuera tóxico para ellas.

Dorothy Hodgkin.La becaria que descubrió la penicilina

El hongo se llamaba Penicillium notatum, por lo que aquella sustancia desconocida recibió el nombre de penicilina. Las bacterias del cultivo eran capaces de provocar enfermedades en el hombre, por lo que Fleming pensó que si la penicilina no era venenosa podía ser usada como antibiótico. Se dedicó a cultivar el hongo y aislar grandes cantidades de penicilina que empezó a ser probada como medicamento en animales y a través de ensayos clínicos.

Para lograr entender la penicilina, varios equipos de científicos empezaron a intentar formar cristales con ella. Entre estos equipos estaba el de Dorothy Hodgkin, considerada por sus compañeros como uno de los mejores cristalógrafos de la Universidad de Oxford y de toda la comunidad científica.

Dada su fama, le pidieron que empezara a trabajar con la penicilina. Ella aceptó el reto, pero estamos en 1943 y la Segunda Guerra Mundial comienza. Los hombres pasan a las filas en las trincheras, y las mujeres con conocimientos de química colaboraban en la fabricación de explosivos. La investigación había pasado a un segundo plano, y el laboratorio de Hodgkin estaba vacío.

Existía la posibilidad de seguir investigando, pero era necesario un justificante especial para demostrar la importancia del proyecto. La penicilina empezaba a ser popular, pero en ese año todavía no dejaba de ser una curiosidad entre científicos, sin llegar a entender del todo las repercusiones que tendría en la salud. Además, siguiendo las prioridades de Fleming, la penicilina ya había sido aislada, por lo que conocer la estructura de la molécula no parecía tan importante y prioritario.

Hodgkin estuvo insistiendo y negociando para poder conseguir el permiso. Pero aunque lo tuviera, necesitaba ayudantes. No sería fácil obtener el permiso para hacer trabajar en el laboratorio a ningún científico y potencial soldado, pero sí logró reclutar a una de las estudiantes más jóvenes de sus clases: Barbara Low.

Low estaba cursando Química en Oxford, y le habían fascinado las clases de cristalografía de Hodgkin. En más de una clase, se había acercado a ella mostrándole interés en trabajar y aprender con ella. En estas circunstancias de guerra, Hodgkin recordó la invitación y aprovechó para invitarla al laboratorio y empezar a experimentar con la penicilina.

Dorothy Hodgkin siguió describiendo la estructura de moléculas conocidas, como la insulina o la vitamina B12. Gracias al descubrimiento de esta última pudo conseguir el premio Nobel de Quimica en 1964. En cambio, Barbara Low acabó trabajando con Linus Pauling, y participó en el descubrimiento del alfa-hélice, una estructura presente en algunas proteínas.

La resistencia a los antibióticos es un peligro muy real. 

Si una bacteria se expone demasiado tiempo a un antibiótico en una dosis no totalmente letal, puede acabar adaptándose a él, transformándose en una cepa resistente. Para evitarlo, es importante tomar antibióticos solo si los recomienda el médico, no abusar de ellos, y acabar siempre el tratamiento aunque nos encontremos mejor.

Los antibióticos se enfocan de manera exclusiva en la acción contra bacterias, por lo que únicamente son efectivos para enfermedades provocadas por ellas. En caso de tener una patología provocada por otros patógenos como los virus, los antibióticos son inefectivos y no deben ser consumidos.



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