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Irreverentes e incómodos

Los escritores Jorge Ibargüengoitia y Guillermo Sheridan comparten una insólita capacidad de observación y un agudo sentido del humor que inspiró textos de una crítica inteligente

“Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) y Guillermo Sheridan (1950) comparten una insólita capacidad de observación y un agudo sentido del humor que inspiró textos de una crítica inteligente”, coinciden el académico y ensayista Evodio Escalante y el escritor Juan Villoro.

Jorge Ibargüengoitia.Irreverentes e incómodos

“Ambos han sido irreverentes, incómodos, dotados de una insólita capacidad de observación, y ambos han entendido el humor como un atributo de la inteligencia que ayuda a pensar mejor”, comenta Villoro.

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Guillermo Sheridan.

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FIEL A IBARGÜENGOITIA

“Sheridan tiene un largo recorrido por las letras mexicanas, sobre todo como ensayista. Su candidatura se impuso por la calidad de sus trabajos y su fidelidad a la figura de Ibargüengoitia. Es el único que ha tenido un trabajo constante de recopilación”, agrega Escalante.

El crítico literario comenta que el doctor en Letras Modernas y Mexicanas está en consonancia con un personaje incómodo (Ibargüengoitia), que hoy en día es un monumento nacional, pero en su momento no fue así.

“Guardando las distancias, Sheridan hace algo parecido. Más allá de su talento es un personaje incómodo. Su libro ‘El Dedo de oro’ es una crítica a la forma de actuar del régimen priísta durante el siglo XX”, añade.

Para Villoro, Ibargüengoitia ejerció el sentido del humor en una época en que carecía de prestigio cultural y sin lugar a dudas, Sheridan es uno de sus herederos, según lo demuestra en crónicas como “Frontera Norte y otros Extremos” o “El Encarguito”.

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PIONERO DECISIVO EN LOS ESTUDIOS DEL ESCRITOR

El también cronista, quien ganó el año pasado la primera edición del Ibargüengoitia de Literatura, detalla que los textos de Sheridan le interesan por el rigor de la argumentación, el uso del ingenio y las sorprendentes conexiones culturales que ofrece.

“Suelo estar en desacuerdo con sus ideas políticas, pero admiro la forma en que las expresa, lo cual habla de la indudable fuerza de su estilo”, indica.

Y destaca que además de sus investigaciones sobre los poetas Ramón López Velarde, José Gorostiza y Octavio Paz, Sheridan fue un pionero decisivo en los estudios de Ibargüengoitia.

Siempre tuvo muchos lectores, pero tardó en ser reconocido por la crítica y la academia. Su compilación de “Autopsias Rápidas”, que inició su larga trayectoria como autor antologado, fue decisiva para que las crónicas de Ibargüengoitia circularan de otro modo.

“Es importante que el Ibargüengoitia de Literatura honre a uno de los poquísimos intelectuales mexicanos que consideraron desde un principio que se trataba de un autor central de las letras mexicanas. Sheridan es un espléndido ensayista, pero además se ha ocupado en forma notable y a contrapelo de la tendencia dominante, del autor que hoy da nombre a ese premio”, concluye.




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