Gotham, Camelot o Atlántida: qué visitar en las ciudades imaginarias más populares

El término correcto sería mitogeografía. Es el que el periodista catalán Manu González prefiere para la disciplina de la que trata su último libro “Ciudades imaginarias y dónde encontrarlas” (Ma Non Troppo).

Aparecen mitos como Camelot, tan viejos que su origen se pierde. Creaciones literarias como Shangri-La o el Pndapetzim, de Umberto Eco, conviven con urbes sacadas de videojuegos o series. Es una selección tan pintoresca que resulta difícil establecer tipologías comunes, aunque alguna hay. Por ejemplo, las basadas en ciudades reales. “Casi todas las que tienen un río serpenteante que las atraviesa son Londres. Central City sería Chicago. Y la Metrópolis de Superman, Toronto, de donde era su creador, el dibujante Joe Shuster”, explica González.

Además, hay áreas de alta concentración imaginaria. Como Nueva Inglaterra. Muchos autores han elegido esa zona de la Costa Este de Estados Unidos para situar sus historias.

“Es un lugar muy propicio para los relatos de terror”, dice el mitogeógrafo. Ahí están Arkham e Innsmouth, de H.P. Lovecraft; Castle Rock y Derry, de Stephen King; Silent Hill, que da nombre a un videojuego o Quahog, de Padre de familia.

Otra morfología coincidente es la compuesta por ciudades creadas con tanto detalle que podrían ser reales.

“Ankh-Morpork, del Mundodisco de Terry Pratchett, es la más detallada. Tenía ya una guía propia. Pero también puedes recorrer manzana a manzana las que salen de videojuegos”, afirma el autor, que asegura que en el extremo contrario se haya Camelot. “Se ha escrito mucho sobre ella, pero no hay descripción en ningún sitio. Ni siquiera en las fuentes tradicionales”.

Y también están aquellas en las que no encontraría su destino ni un misil inteligente. Es el caso de Gotham City, hogar de Batman. “Ninguna ha sido tantas veces descrita: aparece en películas, videojuegos, series o cómics. Pero no hay dos iguales”. (EP)