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Google y el realismo

Novela con mucho de relato moral, la nueva obra de Belén Gopegui reflexiona sobre la inteligencia artificial

Mateo y Olga tienen poco en común. Él apenas pasa de los 20 años y ella ha cumplido algo más de 60. Pertenecen a dos estratos sociales diferentes (más precario el de Mateo) y sus concepciones del mundo tampoco coinciden.

Google y el realismo

No obstante, los une la voluntad de resistir como motas de polvo “contra un río”. Se conocen en una biblioteca y empiezan a pasar las tardes en un bar.

Han decidido presentar juntos una extraña solicitud de trabajo a Google que incluya aquello que la compañía es incapaz de jerarquizar. Quieren “colapsar la maquinaria”.

Belén Gopegui ficcionaliza en “Quédate este día y esta noche conmigo” dicha solicitud, a la que añade los breves comentarios de la evaluadora. El resultado es una conversación moral sobre un país del sur de Europa. Mejor dicho, un monólogo a dos voces, incluso un manifiesto transgeneracional que impugna el mapa de la realidad de los nuevos mundos virtuales.

“Quédate este día y esta noche conmigo” es una novela fiel a esa voluntad. Gopegui sacrifica la flexibilidad narrativa para ajustar la pertinencia moral del discurso de sus protagonistas. 

Pero recordemos: es una novela, no un ensayo disfrazado de ficción. Son los dos personajes, Olga y Mateo, quienes especulan acerca de conceptos como la libertad individual, el mérito y la responsabilidad y al hacerlo no son heróicos, ni clarividentes. 

Tampoco son ellos quienes reparten los títulos de héroe, sino personas normales con voluntad de anonimato que han despertado de ciertas ilusiones. Su mayor dificultad es ser comunes.

Por otra parte, lo que convierte a Belén Gopegui en una novelista irrepetible no es la capacidad de hacer preguntas importantes y dejar que el lector las responda como repite cierto cliché estético con presunta objetividad.

Gopegui se arriesga a formular preguntas y también a encontrar respuestas, a nombrar con exactitud los problemas y sus líneas de fuga. Lo hace sirviéndose de las distancias que se abren entre los personajes y la autora en la capacidad transformadora de las ficciones.

En este libro se habla mucho al cuerpo, nunca como principio del placer, sino como “materia” dañada y vulnerable. 

Los cuerpos de “Quédate este día y esta noche conmigo” son los de enfermos y oprimidos con tanta insistencia que paradójicamente su materialismo parece una reactualización de la escatología cristiana donde la nueva trascendencia sería el robot, una pieza anónima de una gran inteligencia artificial que para los personajes de Gopegui es sobre todo una razón común, una emancipación del yo.

Su libro prescinde de muchas convenciones narrativas y uno hubiera deseado que incluso adelgazara la fábula realista que le sirve de armazón. Mateo y Olga, dos personajes casi estadísticos en un libro cuyo principal enemigo es la estadística, aportan menos que la potencia discursiva y lírica de su conversación, los inspirados hallazgos de esta prosa.

Lo más importante ya está dicho en su diálogo: “no vamos a pedir que nadie renuncie a describir sutilezas de la conciencia de quienes se aprovechan y oprimen. Ahora que sabemos que el mérito no existe, que al principio el esfuerzo es un sueño vacío, podemos empezar desde un lugar diferente”. (EPS)




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