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El arte insólito de esculpir las cenizas de los muertos

Óscar de Julián asegura que la demanda aumenta el Día de todos los Santos

“Tengo el orgullo de decir que soy el primero en la historia del mundo que trabaja con las cenizas de incineración de los difuntos”, señala Óscar de Julián en su taller.

Óscar de Julián explica que el proceso inicia cuando los familiares del ser querido fallecido le llevan sus cenizas.El arte insólito de esculpir las cenizas de los muertos

El colombiano realizó hace 28 años su primera escultura con las cenizas de una persona fallecida y desde entonces ha recibido más de 500 encargos de personas que quieren homenajear a un difunto familiar. 

“En esta época del año, por el Día de todos los Santos, es cuando más demanda hay. A la gente le toca la fibra”, comenta.

Todo comenzó con u?n episodio dramático: su hijo, recién nacido, murió en Pereira, Colombia, antes de que el escultor pudiera conocerlo. Cuando fue al cementerio a visitar su tumba, la habían robado. En esa época estudiaba en la Asociación Química de Bogotá el uso de los huesos de vacas para blanquear las pastas de porcelana.

“Pensé que si tuviera lo que queda de mi hijo me gustaría conservarlo de una forma bonita”, recuerda sentado en su mesa donde realiza las esculturas. De Julián trabaja con las cenizas de incineración de humanos y animales. Cuando las recibe se encarga de limpiarlas y procede a crear una porcelana de huesos que consigue con la mezcla de varios productos.

“El proceso inicia cuando los familiares del ser querido o mascota fallecido le llevan sus cenizas. Generalmente les pido una cantidad pequeña de acuerdo al tamaño de la escultura que desean. Cuando los moldes están listos, utilizo porcelana hecha con las cenizas de incineración y comienzo la pieza”.

El escultor explica que las figuras que más le demandan son flores, como orquídeas y rosas, ángeles y por supuesto animales.

“En el caso de las flores hay que modelar cada pétalo porque no se pueden diseñar con moldes. Para las piezas de los animales el procedimiento es el mismo, pues la composición química de sus cenizas difiere muy poco de la de los seres humanos, es casi igual”.

De Julián segura que su proceso es único en el mundo y no revela su secreto; sólo su esposa lo sabe.

“No cambio mi profesión por nada del mundo”, dice. La gente le encarga las figuras y el escultor las crea a gusto del cliente. “Una vez una niña que quería ser bailarina murió en un accidente. Y le creé a Laurita, una pequeña en plena danza para que cumpliera su sueño”, ejemplifica mientras señala un recorte de periódico donde aparece la noticia.

Un Ferrari y una portería de futbol han sido de los trabajos más curiosos que le han pedido. En este último año ha realizado alrededor 30 piezas. Los precios varían depende del encargo. Un colgante cuesta alrededor de 400 euros y una figura de un ángel puede llegar a los 3000 euros.

“La primera condición que me piden muchos clientes es guardar el anonimato”, aclara de Julián.

Cuando él muera, quiere que sus cenizas estén en un jinete que ya tiene moldeado, un león y un torero. Siempre junto a las de su mujer, que lo acompaña en su oficio.

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El escultor solicita una pequeña cantidad de cenizas según el tamaño de la figura deseada. Estas son de un gato, “Jaime”.

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Las figuras de mayor demanda son flores, ángeles y animales.




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