buscar noticiasbuscar noticias

El secreto de la perdurabilidad: la obra de Sara Gallardo

Redescubrimiento editorial supone el reconocimiento tardío pero necesario de esta autora argentina imprescindible

En la última década la obra narrativa y periodística de Sara Gallardo (Argentina 1931-1988) ha sido reeditada por editoriales independientes latinoamericanas. Junto a las argentinas Cuenco de plata, Fiordo, Clase turista, Excursiones, Dum-Dum (Bolivia), Laguna (Colombia), la joven editorial española Malas tierras se ha sumado a la labor de reeditar a esta autora poco reconocida. Pero, ¿cuál es el secreto de su perdurabilidad, más allá de tres décadas de su muerte y cuatro de su última obra publicada? Intentamos responderlo haciendo un repaso de su obra, consultando a sus editores, así como escritores contemporáneos admiradores de su obra.

El secreto de la perdurabilidad: la obra de Sara Gallardo

A ella le siguieron dos novelas más, Pantalones azules (1963) y Los galgos, los galgos (1968) que aún permanecen dentro del espectro realista. De acuerdo con el escritor Federico Falco, esta primera época de su obra estuvo influenciada por “ciertas tendencias comunes a su época y con cierta influencia de la literatura norteamericana y de los escritores italianos de postguerra como Cesare Pavese, Vasco Pratolini”. Cabe destacar en sus siguientes obras de narrativa Eisejuaz (1971), El país del humo (1977) y La rosa en el viento (1979) la autora dio un paso importante: la experimentación con el folclore, lo maravilloso, el realismo mágico y hasta el misticismo en convergencia con la tradición oral latinoamericana, sin caer en los clichés del costumbrismo.

A este ecléctico trabajo se suma su obra de no ficción, reunida recientemente en Macaneos (2016) y Los oficios (2018) gracias a la labor de la experta en su obra, Lucía de Leone y, también Paula Pico Estrada, editora e hija mayor de Gallardo. Al mismo tiempo que la ficción, desde los años cincuenta, la autora colaboró con crónicas, artículos y columnas tanto para revistas de moda como para las revistas Confirmado y Primera plana, reputados medios periodísticos de la época. Con la libertad que caracterizó su narrativa, Gallardo opinaba sobre la minifalda y se jactaba de un modo programático de su “desactualidad”: “Abandonen la perniciosa costumbre de pedirme que escriba sobre temas actuales. No me interesa la actualidad. Además, creo que no existe. Y si existe, es vulgar. Léanme tal como soy, y agradezcan al destino esa suerte. Felicidades”.

A pesar de esta aparente frivolidad, Gallardo no dudaba en viajar a los lugares más aislados y desfavorecidos de Argentina con motivo de sus crónicas. En uno de sus viajes al norte argentino donde conoció de primera mano a las comunidades aborígenes que le darían la inspiración para la que es considerada su novela más ambiciosa, Eisejuaz (también reeditada en 2019 por Malas tierras). Protagonizada por un indio mataco que cree estar recibiendo señales de Dios, el afilado trabajo con la oralidad y el estilo indirecto libre en esta novela aún sigue sorprendiendo a sus lectores contemporáneos. Según la escritora Liliana Colanzi, que publicará el libro en Bolivia, a través de Dum-Dum, su proyecto editorial “Eisejuaz está más vigente que nunca: no solo su lenguaje está lleno de hallazgos, sino que habla del campo como un lugar atravesado por las fuerzas del extractivismo capitalista que va arrinconando y empujando a indígenas y animales de sus territorios. Estamos viendo ese fenómeno ahora mismo con la destrucción y la quema del Amazonas en Brasil y Bolivia, y con los numerosos ecocidios en América Latina. Lo que hace de manera formidable Sara Gallardo es sacar al indígena de un lugar de pureza —que es, además, fijarlo en el pasado y volverlo anacrónico.



DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD