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El cuerpo perfecto

Cuando acababa de entrar a la prepa, una alumna de mi madre, quien daba clases ahí, se enteró de esto y le preguntó: “¿Y cómo es su hijo, maestra?”, a lo que ella respondió: “Pues es un morenito sin chiste”

El cuerpo perfecto

Cuando acababa de entrar a la prepa, una alumna de mi madre, quien daba clases ahí, se enteró de esto y le preguntó: “¿Y cómo es su hijo, maestra?”, a lo que ella respondió: “Pues es un morenito sin chiste” (mi madre sabía ser sarcástica cuando se lo proponía).

Crueldad aparte, mi madre tenía mucha razón. Nunca fui muy agraciado físicamente y eso a veces me acongojaba. Tal vez fue por eso que mi interés en aprender guitarra aumentó exponencialmente cuando mi maestro me dijo: “Mira Chuy, sabiendo tocar guitarra, no hace falta que estés guapo; la guitarra ayuda a tener ‘pegue’”. Así que como Juan Gabriel, a partir de ahí, me sentí muy feliz con mi linda guitarra y la llevaba conmigo donde fuera.

Un secreto

Pero volviendo al punto inicial, cuando está uno en la adolescencia y juventud, cómo nos preocupa nuestro físico, pero en esta ocasión, mi joven amigo(a), te voy a compartir un secreto: Tienes el cuerpo perfecto para cumplir tu misión en esta vida, y no es tu imagen exterior la que va a hacer que triunfes en cumplir esa misión.

Habrán escuchado el relato acerca de un hombre que, en un parque, inflaba globos con gas y los soltaba para que se elevaran. Los niños que andaban por ahí, estaban embelesados viendo elevarse globos de todos colores, azules, rojos, amarillos, verdes. Estaba también ahí un niño de color, y acercándose al hombre de los globos, le pregunta: “Disculpe señor, y si suelta un globo negro, ¿también se eleva?”, y el hombre le responde: “Claro que sí hijo, claro que sí, porque lo que los hace elevarse no es su color, sino lo que llevan dentro”.

Lo que te va a hacer elevarte en la vida no es ni el color de tu piel, ni las medidas de tu cuerpo, ni la ropa que usas, ni el coche que manejas, ni cuánto dinero traes en la cartera. Ninguna de esas cosas externas son las que van a determinar que logres elevarte. Lo que nos hace elevarnos en la vida es “lo que llevamos dentro”. Las cualidades de nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras almas, que poco o nada tienen que ver con el “envoltorio” con el que vinimos a esta tierra. Entonces, repito: Tienes el cuerpo perfecto para cumplir tu misión en esta vida. La tarea, ciertamente, es encontrar cuál es esa misión.

Tú también puedes

En el extraordinario mini filme “El Circo de la Mariposa” del aún más extraordinario Nick Vujicic, este joven que nació sin brazos ni piernas, Sam Méndez, dueño del circo, le hace ver a Will (el personaje de Nick), quien vivía en la autocompasión por su condición física, que todos sus artistas circenses habían tenido que vencer grandes adversidades para llegar a ser las personas realizadas y felices que él veía, dándole a entender que él también podía aspirar a ese tipo de vida. Will le dice “pero ellos son diferentes”, y Sam responde “es cierto, tú tienes una ventaja”. Will se le queda viendo como diciendo “¿de qué ventaja hablas? ¿qué no me estás viendo?” y Sam agrega: “Entre más grande el desafío, más glorioso el triunfo”.

Nick, en la vida real, también pasó por la etapa de ser un adolescente, y su físico lo atormentaba, al grado de que, negándose a aceptarse como era, intentó quitarse la vida. Pero tras mucho luchar contra la adversidad, vino el momento de iluminación y supo cuál era su misión en esta vida. Su misión era inspirar a otros, enseñarles que no hay limitación física que pueda vencer a un espíritu indomable. Y sí, al encontrarla, se dio cuenta de que también él tenía el cuerpo perfecto para cumplir su misión. Hoy en día, Nick es un hombre realizado y feliz, tal como Sam, en la película, le había dicho que podía llegar a ser.

Tú también puedes vivir una vida plena y feliz, tan solo lucha por encontrar tu misión en la vida, y esfuérzate por desarrollar tus cualidades como ser humano, que indudablemente llevas dentro de ti. Y por muy “sin chiste” que te puedas sentir, verás que tú también puedes arrancarle sonrisas a la vida.



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