buscar noticiasbuscar noticias

Difamado

Difamar: poner algo en bajo concepto y estima (Real Academia de la Lengua)

Compartía en algún mensaje pasado la ocasión en que, teniendo Zaidita unos cuatro años, estábamos platicando de algo (no recuerdo qué) y entonces me dice la niña: “fueras ido tú, papi”. Inmediatamente la corrijo y le digo: “no se dice fueras ido tú, mi amor. Se dice hubieras ido tú” y me dice: “no, es que Chucho me dijo que el hubiera no existe”.

Difamado

Independientemente de la simpática confusión de la niña, esa frase es muy socorrida y aceptada para indicar que no tiene ningún caso utilizar esa palabra, pero hoy quisiera compartir dos acontecimientos históricos que tuvieron que ver con el “hubiera” y en el que la utilización de esa palabra sí tuvo caso… y mucho. 

DOS EJEMPLOS HISTÓRICOS

Allá por los años 1820’s (lo leí, no crean que fui testigo presencial) vivía en Estados Unidos un joven que gustaba de la pintura y tenía también cierto interés por la electricidad. Junto con su joven esposa, tenían cuatro hijos. Buscando desarrollar uno de sus intereses, se embarcó a Inglaterra para estudiar dibujo. Estando él allá, su esposa en América enfermó gravemente y posteriormente, falleció. Ese hombre, sujeto a que la noticia de la situación en su hogar le llegara a través del lento correo por barco, no se enteró a tiempo y para cuando regresó, ella ya había sido enterrada, quedando profundamente desconsolado.

En medio de su dolor, él se preguntó: “¿y si hubiera un medio para comunicarse más rápidamente?”. Ese hombre se llamaba Samuel Morse y a raíz de esa experiencia, inventó el telégrafo.

Un poco más “para acá” (sin que tampoco signifique que fui testigo presencial), a principios de los 1900’s, también en Estados Unidos, otro joven inventor disfrutaba de uno de los más recientes inventos del hombre: el automóvil. Pero a la vez pensaba que era un lujo que sólo se podían dar unos cuántos y se preguntó: “¿y si hubiera una manera de que este maravilloso invento estuviera al alcance del hombre común?”. A raíz de ese pensamiento, escribió lo que sería la visión a la que dedicaría el resto de su vida: “fabricaré un automóvil para la gran multitud. Será lo bastante grande para la familia, pero lo bastante pequeño para que el individuo corra y lo cuide. Se fabricará con los mejores materiales, por los mejores hombres que puedan contratarse, siguiendo los diseños más sencillos que la ingeniería moderna pueda idear. Pero tendrá un precio tan bajo que cualquier hombre que gane un salario decente podrá poseer uno y disfrutar con su familia la bendición de pasar horas de placer en los estupendos espacios abiertos de Dios”. Claro, ese hombre era Henry Ford.

DÁNDOLE UN MEJOR USO

Pienso que el “hubiera” ha sido difamado (favor de remitirse a la definición del principio) debido al uso que generalmente le damos. El “hubiera” sí existe, pero la mayor parte del tiempo lo mal utilizamos lamentándonos por lo que pudo haber sido y no fue (“ojalá hubiera”). Y eso nos conduce a un proceso de infructuosa auto compasión, que es lo que ha llevado a que ese término quede en bajo concepto y estima, al grado de decir que no debería existir. Sin embargo, el “hubiera” podría utilizarse como ocurrió en los dos casos que mencioné, para desatar un proceso creativo que nos lleve a mejorar las cosas, a mejorar nuestra vida y a veces, hasta la de los demás, como lo hicieron Morse y Ford.

Y aunque tal vez no lleguemos a crear el invento del siglo, sí podemos, mediante el “hubiera”, modificar nuestra calidad de vida personal. “¿Y si hubiera una manera de mejorar la forma de hacer mi trabajo?”, “¿y si hubiera una manera de salir de esta situación que me hace sufrir tanto?”, “¿y si hubiera una manera de ser feliz, así como soy, aquí, ahora?”. Son ejemplos de algunas formas de darle un buen uso al “hubiera” para elevar su deteriorado prestigio.

Ah y ni se preocupen por los “agoreros del mal”, los negativos que nunca faltan. Aquellos cuyas frases favoritas son del tipo: “ni le muevas”, “no tiene caso”, “¿para qué?”. Cuando salió a la venta el primer vehículo de Ford, hubo quienes dijeron: “pues esa ‘armatoste’ nunca podrá sustituir a un buen carro jalado por caballos”. Si por ellos fuera, las cosas “hubieran” seguido igual. Así que “ponte las pilas” (como dicen los chavos) y trabaja con entusiasmo en mejorar tu vida, en mejorar tu entorno, para que algún día no tengas que decir: “qué lástima, ojalá lo ‘hubiera’ hecho a tiempo”.



DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD