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Claves para ser feliz, según la Universidad de Harvard

Existe una materia sobre la dicha en el prestigioso centro educativo

Cada vez parece más claro que la nueva fiebre del oro no tiene que ver con hacerse millonario ni con encontrar la fuente de la eterna juventud.

Claves para ser feliz, según la Universidad de Harvard

El tesoro más codiciado de nuestros tiempos es atesorar felicidad, un concepto abstracto, subjetivo y difícil de definir, pero que está en boca de todos. Incluso es materia de estudio en la prestigiosa Universidad de Harvard.

LA CIENCIA DE LA FELICIDAD

Su profesor, el doctor israelí Tal Ben-Shahar, es experto en Psicología Positiva, una de las corrientes más extendidas y aceptadas en todo el mundo y que él mismo define como “la ciencia de la felicidad”. De hecho, sostiene que la alegría se puede aprender del mismo modo que uno se instruye para esquiar o a jugar al golf: con técnica y práctica.

Los principios extraídos de los estudios de Tal Ben Shahar han dado la vuelta al mundo bajo el lema “no tienes que ser perfecto para llevar una vida más rica y más feliz”. El secreto parece estar en aceptar la vida tal y como es. Según sus palabras, “te liberará del miedo al fracaso y las expectativas perfeccionistas”.

Aunque por su clase de Psicología del Liderazgo han pasado más de mil 400 alumnos, aún así cabela siguiente pregunta: ¿se tiene suficiente felicidad? “Es precisamente la expectativa de ser perfectamente felices lo que nos hace serlo menos”, explica.

CÓMO SENTIRSE AFORTUNADO Y CONTENTO

Perdone sus fracasos. Es más: ¡celébrelos! “Es imposible tratar de vivir sin emociones negativas, ya que forman parte de la vida y son tan naturales como la alegría, la felicidad y el bienestar. Aceptando las emociones negativas, conseguiremos abrirnos a disfrutar de la positividad y la alegría”, añade el experto.

No de lo bueno por hecho. Agradezca las cosas grandes y pequeñas. “Esa manía que tenemos de pensar que las cosas vienen dadas y siempre estarán ahí tiene poco de realista”.

Haga deporte. Para que funcione no es necesario matarse en el gimnasio o correr 10 kilómetros diarios. Basta con practicar un ejercicio suave como caminar a paso rápido durante 30 minutos al día para que el cerebro secrete endorfinas, sustancias que nos hacen sentir drogados de felicidad porque en realidad son unos opiáceos naturales que produce nuestro propio cerebro que mitigan el dolor y causan placer.

Simplifique en el ocio y el trabajo. “Identifiquemos qué es lo verdaderamente importante y concentrémonos en ello. Ya se sabe que  'quien mucho abarca, poco aprieta' y por ello lo mejor es centrarse en algo y no intentarlo todo a la vez.

Aprenda a meditar. Este sencillo hábito combate el estrés. A largo plazo la práctica continua de ejercicios de meditación contribuye a afrontar mejor los baches de la vida y a superar las crisis con mayor fuerza interior.

Practique una nueva habilidad: la resiliencia. La felicidad depende de nuestro estado mental. “El nivel de dicha lo determina aquello en lo que nos fijemos y en las atribuciones del éxito o el fracaso”. La resiliencia expresa la capacidad del individuo para enfrentar circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles o situaciones potencialmente traumáticas y recuperarse saliendo fortalecido y con más recursos. 




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