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Astro Poets: Cuando la astrología se convierte en poesía

Dos poetas neoyorquinos, convertidos en ídolos de las redes sociales, explican los signos astrológicos a través de un peculiar cóctel de lírica y cultura popular en el manual 'Astro Poets: tu guía del Zodiaco'

Dos poetas se conocen una noche de 2010 en una casa en el barrio de Brooklyn, en Nueva York. Ambos han publicado poemarios, su trabajo aparece en las páginas de The New Yorker y The Paris Review. Pero aquella noche hablaron de las estrellas. Él es Sagitario, ella es Aries. Según la astrología, estaban llamados a “una conexión inmediata”. De ese encuentro regado de champán barato y confidencias zodiacales surgió una conexión cósmica, aunque no inmediata. Alex Dimitrov y Dorothea Lasky tardaron seis años más en concretar su unión espiritual. Primero abrieron una cuenta en Twitter con el nombre Astro Poets -con el que si identifican desde entonces-. En menos de un lustro, más de medio millón de fieles (su legión es mayor que la de la exitosa astróloga Susan Miller) esperan cada domingo un prometedor consejo astral con tono de poema. El fenómeno viral se ha convertido ahora en un libro: Astro Poets: tu guía del Zodiaco (Suma).

Astro Poets: Cuando la astrología se convierte en poesía

Alex Dimitrov y Dorothea Lasky. Cortesía de la editorial 

Los Aries se verán representados en Mariah Carey enfadadísima porque la nochevieja de 2016, en mitad de Times Square, el playback falló. O si la música pop no es lo suyo, pueden encontrar otro referente en Virginia Woolf, en concreto en su libro La casa encantada.

Los Géminis son Bob Dylan en una rueda de prensa en San Francisco en 1965. Un periodista le pregunta si, además de sus canciones, tiene otro mensaje para la gente. "Buena suerte", contestó el artista. “Ese sarcasmo con un mensaje a medias sincero, a medias cortante. Tan propio de los Géminis”, según se lee en el libro.

Estos textos pop, narrados de forma coloquial, se acompañan de un poema, en la mayoría de los casos con una estructura de soneto. “El lenguaje está condicionado por el medio en el que escribimos, en Twitter la gente se comunica de una determinada manera”, explica Lasky en conversación por correo electrónico con Babelia. “La poesía se presta de forma natural a la astrología porque retiene el misterio de la vida”, opina la autora. “Pero no existe nada parecido a la verdad absoluta o al destino. 

La astrología lo sabe porque no trata sobre algo que se pueda medir, sino sobre las posibilidades. La poesía asume que nada es verdad”. Su compañero astrólogo, Alex Dimitrov, añade otro elemento a la relación entre la poesía y las estrellas: “Ambas tienen que ver con la magia”.

Escorpio (poema). Dorothea Lasky

Un acre de palmeras salvajes. ¿Derrumbadas por la lluvia?. No,

la lluvia solo cae. El viento crea cortinas de ímpetu invisible.

¿Quieres decir que los escombros inundaron todo el paisaje?

No, quiero decir que el mundo entero tenía muy clara.

Hacía preguntas. En voz baja. Entraba y salía de un modo

bastante metódico. Haciéndonos sangrar a todos.

Camisas suaves y gastadas dan paso a sábanas de lino suaves y gastadas que

dan paso a cuerpos desnudos suaves y sutiles. Que dan paso

¿a qué? Entrando y saliendo. Del inframundo. Plantaba brotes

con patatas. ¿O eran naranjas? ¿Las patatas? ¡Oh, mira que eres tonto!

Todo ese trigo amargo. Con el que hiciste la cena.

No, pero ¿qué pasa con las acuciantes prisas? ¿Qué pasa

con todo lo que prometiste a la luna? Oh, olvídalo todo. No lo harás,

pero. Oh, sigue adelante. Vive como quieras. Sin mí.

El tono de sus composiciones poéticas no dista del de sus referencias en prosa, de esta manera consiguen que no haya diferencias entre las descripciones zodiacales sustentadas en antiguas enseñanzas sobre el sistema solar, el anecdotario popular, la poesía, incluso las listas de canciones que incluyen al final de cada capítulo dedicado a un signo. Para rematar, recrean conversaciones de WhatsApp para ejemplificar la compatibilidad amorosa entre distintos signos del Zodiaco.

La fórmula, aunque aseguran que no es premeditada –“La poesía me eligió a mí, es una vocación”, dice Dimitrov-, les ha permitido acercarse a un público muy joven, entre 18 y 25 años, si se tiene en cuenta la media de edad del medio millar de personas que se reunieron en una lectura que hicieron en Nueva York antes de que la pandemia nos encerrara a todos en casa. Una audiencia muy diferente de la que pone la televisión a altas horas de la madrugada para consultar con sus astrólogos de cabecera. “Internet ha hecho más accesible la astrología”, coinciden ambos.

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Alex Dimitrov y Dorothea Lasky. 



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