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Artista mexicana realiza extenuante performance en Nueva York

Arantxa Araujo realizó un performance de 12 horas continuas en las calles de Nueva York, a fin de invitar a los sorprendidos transeúntes a lentificar su ritmo y a cuestionar su entorno.

Arantxa Araujo utilizó mantas istotérmicas a fin de recorrer de principio a fin la calle 14 en Manhattan.Artista mexicana realiza extenuante performance en Nueva York

Titulado “SENSEsoscope”, un término inventado que alude a la intención de enfocar los sentidos tanto de ella como de los espectadores que reaccionaron de muy diversas maneras al performance, fue parte del proyecto “Art in odd places” (arte en lugares inusuales).

Para ello Araujo, nacida en la Ciudad de México en 1984, se atavió con mantas istotérmicas a fin de recorrer de principio a fin la calle 14 en Manhattan. A un ritmo lentísimo, completó de las 6:00 a las 18:00 horas un recorrido que tomaría alrededor de una hora.

“Mi intención era hacer una especie de aparato, lente o marco a través del cual la gente pudiera lentificar su día para procesar estímulos. La ciudad de Nueva York va tan rápido todo el tiempo que millones de estímulos nos pasan desapercibidos”, explicó Araujo.

La artista mexicana añadió que al ientificar ella misma su ritmo podría provocar que otras personas pudieran detenerse por unos momentos y pudieran procesar su entorno e idealmente cuestionarlo.

Durante las 12 horas del performance, Araujo no se detuvo ni para alimentarse, ni para sus necesidades fisiológicas. Apenas bebió un sorbo de agua en todo el trayecto, en el que a veces fue acompañada por desconocidos que la increpaban, filmaban, alentaban o insultaban.

Araujo expresó que durante el recorrido fue sumiéndose en un trance que resultó como una metáfora de su propia vida. Las primera horas fueron de aprendizaje respecto de su propio ritmo y de su entorno y en las últimas se concentró en controlar el dolor corporal.

En una obra anterior, montada en abril pasado en las instalaciones de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), Araujo ralló durante tres horas rábanos picantes.

“Cada vez más hago obras duracionales y me doy cuenta de que en la repetición de la acción logras dejar ir a la mente, a esa parte racional y te encuentras totalmente presente en el momento. Y al dejar ir por un momento las fluctuaciones cognitivas ves con más claridad muchos aspecto de tí”, puntualizó.

Titulada en la carrera de neurociencia en la prestigiosa Universidad de Columbia, Araujo sostuvo que se entusiasmó con las respuestas variadas de las personas, la mayoría de las cuales quería saber el motivo de lo que ella estaba haciendo. Araujo, sin embargo, se mantuvo siempre silenciosa.

“Sucedía que la gente se acercaba a preguntar: ¿por qué? Y yo decidí no ofrecer ninguna información para que las personas justamente se proyectaran en la obra para que se hicieran esas preguntas y para que ellas mismas las resolvieran”, aseguró.

Organizado durante 13 años, el proyecto “Art in odd places” se enfocó en esta edición en los sentidos. La iniciativa tiene la intención de generar obras provocativas de arte interactivo en lugares públicos inesperados.

El proyecto fue curado en esta edición por Nicolás Dumit Estévez Raful, Rocío Aranda-Alvarado, del Museo del Barrio y Jodi Waynberg, de la Alianza de Artistas.




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