Sin mucha gracia

Ciudad de México.

Ana de la Reguera le da su nombre a la serie “biográfica” que acaba de estrenar, en la que se presenta como una mujer vulgar, patética, poco comprometida y medio holgazana.

El personaje “ficticio” muestra a la actriz mexicana desesperada y en decadencia, pese a su belleza y nombre en la farándula; y aunque vive entre la Ciudad de México y Los Ángeles, no consigue un trabajo a su altura.

Su alter ego es tan desagradable y egoísta como lo podría ser la Fleabag de Phoebe Waller-Bridge, sólo que la multipremiada actriz y creadora inglesa es tan ácida, incisiva y única que se ha ganado los aplausos de la crítica. Ana simplemente se queda como una cuarentona en bajada que toma malas decisiones.

     Hasta eso, en Ana hay actores talentosos que podrían haber acabado en una serie mejor: ahí están Lalo España, estupendo como su paciente representante; Tina Romero está genial como su ocurrente mamá, y hasta la hermana de la protagonista, la cantautora rockera Ali Gua Gua, destaca en sus breves apariciones en el show.

No está mal ser osado en el humor, y cada vez es más común ver mujeres maldiciendo y abiertamente sexuales, pero andar blandiendo un consolador por todos lados, ser amable de dientes para fuera y simplemente ser mala leche de a gratis no provoca, en este caso, muchas risas.