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SEÑORA DE TAL… No es obligatorio ni lo marca la ley

Anteponer el ‘De’, seguido del apellido de su esposo, daba a la mujer estatus como pareja

Anteriormente, para las mujeres llevar el “De”, seguido del apellido de su esposo, representaba un derecho legal, una identidad como pareja y sobre todo, el estatus que daba el matrimonio.

YA NO. Sobre todo las mujeres jóvenes, han decidido no utilizar el apellido del esposo. SEÑORA DE TAL… No es obligatorio ni lo marca la ley

Ahora, muchas mujeres prefieren no anteponer el “De” pues aseguran, es sinónimo de pertenencia o dependencia.

Bertha Zamora, ama de casa de 65 años de edad, asegura que continúa llevando el “De”, aún y cuando su esposo ya falleció.

“Yo soy de las señoras a la antigua, me gusta llevar el apellido de mi esposo aunque mis hijas digan que ahora debo firmar como Bertha Zamora viuda de García, eso a mi no me gusta”.

Comenta que sus hijas, sobrinas e incluso nietas, no utilizan el apellido de sus esposos.

Caso contrario es el de Maricela Ramírez, joven madre de familia que destaca que debido a que el acta matrimonial no estipula el “De” como parte de la unión, no tiene significado.

“A veces lo hacen sólo para presumir, que son las ‘señoras de’, pero la verdad creo que vale más el respeto que se tengan como pareja, el amor, la unión, que el presumir un apellido”.

Destaca que no es realmente importante debido a que el apellido del esposo no da estatus, posición social ni nivel económico.

“La ley no dice, al menos en México, que debamos llevar el apellido del esposo. Tengo entendido que en Estados Unidos las mujeres acostumbran eso, pero en México no está tan arraigado, a menos que la misma mujer decida hacerlo”.V

Es una cuestión de costumbre

>Por Rodolfo Sol

En los matrimonios que se celebran en las oficialías del Registro Civil no es un requerimiento legal que la contrayente tenga que anteponer el apellido paterno del esposo al propio.

Es una cuestión de costumbres más que todo, con raíces ancestrales que en México datan de la época de la conquista y de posterior virreinato de España.

Lo anterior fue comentado por personal de las oficialías sobre el uso generalizado del apellido paterno del cónyuge por parte de las esposas.

Precisaron que los contratos matrimoniales se celebran con los apellidos paterno y materno de los contrayentes, sin quitar o poner ningún apellido o palabra adicional.

Así como tampoco se acepta legalmente anteponer al nombre el título profesional de licenciado o ingeniero para realizar cualquier trámite: matrimonio, acta de nacimiento, defunción o divorcio, entre otros. 

Destacaron que los mexicanos venimos arrastrando costumbres ancestrales y nos hacemos en consecuencia entes de costumbres arraigadas, lo cual ocurre con la utilización del artículo ‘de’ para indicar que la mujer es casada; ‘de’ Cortez, ‘de’ Revillagigedo, a la usanza de la época de la colonia, por ejemplo.

Se tiene esa costumbre para reflejar un estatus social o que la mujer está legalmente unida a alguien, pero hasta ahí, porque en las oficialías lo que cuenta son los datos que tienen los papeles de los contrayentes y eso es lo que se asienta, los nombres y apellidos de las actas de nacimiento, agregaron.

No necesariamente eres ‘de’ porque no naciste con el ‘de’, ni eres propiedad de nadie, porque el matrimonio es un contrato que se puede romper, que puede terminar por muerte o por divorcio, puntualizaron.

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ARRAIGADO. Es una costumbre ancestral usar el apellido paterno del esposo por parte de la cónyuge, utilizado muchas veces como estatus social, pero que no reviste legalidad.




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