Se incrementa el tráfico de personas

Laredo, Tx.- Hace 2 semanas un policía, en un patrullaje de rutina en esta ciudad, fue abordado por 6 hombres que sacudían los brazos frenéticamente para que se detuviera. Los hombres, todos migrantes indocumentados, narraron una historia desgarradora.

Con la ayuda de traficantes de personas o "polleros", los hombres habían cruzado el río Bravo unos días antes y, tras ser llevados de un sitio a otro, terminaron en una casa rodante en el centro de Laredo.

Sin dinero para pagarles la cantidad que exigían, los hombres fueron amenazados y encerrados en una casa sin comida y agua. Tumbaron a patadas una ventana trasera para escapar.

Horas después, cuando un escuadrón de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y Policías locales irrumpieron en la casa rodante, un hombre seguía allí.

Dijo que esperaba para ser llevado a su siguiente destino, ya que les había hecho un primer pago de 2 mil 500 dólares a los traficantes. Esperaba pagar otros 3 mil 500 dólares más adelante.

Las cuotas son parte de un negocio de tráfico de personas a lo largo de la frontera con México, con un valor estimado de 500 millones de dólares al año, y las casas de seguridad están al centro de la cadena que cruza a cientos de miles de personas al año.

En los últimos 2 años, las autoridades han cateado casi 200 casas de seguridad tan solo en el área de Laredo, y casi mil 300 migrantes, en su gran mayoría pobres y desesperados, han sido sacados de las casas y arrestados, según la Patrulla Fronteriza.

Laredo, con apenas 250 mil personas, es el principal puerto comercial terrestre de Estados Unidos y su posición estratégica la ha vuelto un gran centro de operaciones para los polleros.

Una casa de seguridad puede ser cualquier tipo de domicilio en cualquier sitio y también hay al interior de Estados Unidos.

En Laredo han sido halladas en barrios marginados y de clase trabajadora, así como en algunas zonas de clase alta. Entre los puntos se cuenta un motel local junto a la estación de la Patrulla Fronteriza.

Las casas albergan a los migrantes hasta que los polleros consiguen transporte --normalmente cajas de tráileres-- donde la gente no puede ser detectada de inmediato para pasar por los retenes.

Los migrantes entonces son llevados a otra casa, donde permanecen detenidos por los polleros, quienes exigen el pago antes de trasladarlos a su próximo destino.

Los migrantes que no pueden pagar son amenazados y, en muchos casos, agredidos. 

Mujeres han sido violadas, de acuerdo con registros de tribunales federales, funcionarios y declaraciones de migrantes.

Las casas, que por lo general carecen de agua corriente o aire acondicionado, reciben a menudo hasta 100 personas.

"Las condiciones son espantosas. No sabes lo que vas a ver cuando entras a una casa", dijo Jason Owens, jefe de la Patrulla Fronteriza en Laredo.