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Se dice ser el mejor raspero. Con visión de emprendedor

Blas Méndez es un ejemplo de esfuerzo y trabajo

Después de tanto pensar en que iba a hacer para elevar su calidad de vida, optó por empezar con un “negocio” construido a base de esfuerzo y persistencia.

Se dice ser el mejor raspero. Con visión de emprendedor

Llámenlo como quieran, pero yo tengo una ideología, si quieres ser algo, tienes que ser el mejor, es como yo, soy raspero, pero tengo la fortuna de ser el mejor raspero*. Blas Méndez, raspero

Miguel Alemán, Tam.- Como por eso del 2004, el miguelalemanense Blas Méndez inició con la visión de emprender un negocio propio, pues anteriormente había trabajado para una que otra empresa, lo que no le generaba los ingresos suficientes para vivir siquiera bien.

Un día hace aproximadamente 14 años, Blas Méndez se despertó con la idea trabajar para el mismo, por lo que optó por vender productos refrescantes a bajo costo, y con los precios bajos se ganaría a la gente o al menos esa era su visión.

Un mañana habilitó una carretilla de madera, para subir hielo, saborizantes, vasos, popotes , limones, chile en polvo, así como servilletas y salió a las calles a vender lo que la raza conocemos como raspas y diablitos.

Esa práctica la efectuó sólo los fines de semana, porque no podía darse el lujo de perder su trabajo, porque qué tal si no le pegaba, quien iba a solventarlo.

Al ver que las personas lo buscaban porque sus productos agradaban, decidió de poco a poco ir metiendo más productos, entonces ya era también vendedor de fritangas preparadas.

El negocio a su parecer iba teniendo gran popularidad, tanto así que habitantes de ejidos aledaños, venían a la ciudad con el único objetivo de comprar sus productos, lo que lo motivaba aún más para seguir vendiendo.

Él sabía que si quería dedicarse a dicho oficio tenía que sobre salir y trabajar más duro además de tener sacrificios en cuestión de esfuerzos y limitarse a los gastos.

“Llámenlo como quieran, pero yo tengo una ideología, si quieres ser algo, tienes que ser el mejor, es como yo, soy raspero, pero tengo la fortuna de ser el mejor raspero”, expresó Blas.

Al momento que realmente se decidió a vivir de sus ventas, comentó, se metió de lleno y ya no solamente vendía los fines de semana, si no que empezó a trabajar en el oficio los 7 días de la semana.

Después de 3 años de trabajo arduo, Blas Méndez, compró un “bochito” (el carro pequeño que parece pulguita de la WV), le cortó el techo, y lo habilitó como el “raspa móvil”.

Después de haber realizado una inversión que en su momento era mucho para él, metió a sus ventas más productos, como frutas, chamoyadas y golosinas.

Destacó que el primer año que se enfrentó al invierno, se sentía devastado pues sus ventas fuertes eran durante el verano.

“En ocasiones no sabía ni que hacer, pero tenía que pensar en algo, porque si no, me iba a morir de hambre”, manifestó.

Así que durante el tiempo de frío, sin dudarlo salió a las calles, abastecido de elotes, chile del que pica y obviamente del que no pica, limón, sal, queso rallado, crema, mayonesa, cacahuates, ajonjolí, sándwiches, chocolate caliente y en ocasiones hasta tamales, al fin y al cabo algo tenía que hacer para generar ingresos patrimoniales.

Pero bueno Blas Méndez, es un ejemplo de esfuerzo y trabajo del bueno, un hombre de los pocos que no importan los estragos del clima, ni las piedras que el camino te pueda poner, hay que estar siempre decididos y alertas para enfrentar cualquier adversidad.

Y a 14 años de haber iniciado con este que para él es un gran sueño, sigue en el mercado y sigue agradando a las personas.

De su “raspa móvil” ha sacado lo suficiente para darle educación a sus hijos, sacar adelante a su familia y de vez en cuando ¿porque no? Darse sus lujos.




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