Se declaran culpables de traficar menores
Enero 13, 2020 -
Dos mujeres y un hombre admiten que intentaron ingresar a los Estados Unidos a los infantes como si fueran sus hijos
McAllen, Tx.
Tres personas se declararon culpables en casos separados relacionados con el tráfico de menores de edad a los Estados Unidos, según dieron a conocer autoridades federales de este país.
En uno de los casos en mención, Amelia Batres, de 22 años de edad, admitió en corte federal que intentó ingresar a los Estados Unidos con una menor de la que afirmó que era su hijo, mientras que María Elena Chávez Valenzuela, de 29 años, se declaró culpable por haber intentado ingresar con una menor que identificó como su hija, sin serlo. Finalmente, Michael Dimas Tiburcio, de 22 años, admitió hechos similares, destacando que intentó ingresar a un menor de edad al país, alegando que era su sobrino.
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El 13 de octubre de 2019, Batres, de Laredo, intentó ingresar a los Estados Unidos por el Puente Internacional Juárez-Lincoln presentado el certificado de nacimiento de su hijo real en un intento de pasar a un niño de 6 años que la acompañaba como su vástago. Las autoridades interrogaron al menor, quien luego admitió que Batres no era su madre. Batres finalmente admitió que la familia de el niño le iba a pagar para pasarlo de contrabando a los Estados Unidos.
El día anterior, María Elena Chávez Valenzuela, de Indianápolis, Indiana, también intentó ingresar a los Estados Unidos con una menor, esta vez a través del Puente Puerta de las Américas en Laredo. Ella afirmó que la niña de 10 años era su hija. Sin embargo finalmente admitió que había sido contratada para ingresar a la niña a los Estados Unidos y que se le pagarían 5 mil dólares si tenía éxito.
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Los pasan con papeles Reales de otros niños
En un tercer caso, Michael Dimas Tiburcio, también de Indianápolis, llegó al Puente Internacional Juárez-Lincoln en Laredo en un autobús de pasajeros, un niño de 5 años lo acompañaba. Tiburcio dijo a las autoridades que el niño era su sobrino y presentó un documento que, según él, era el certificado de nacimiento del menor. Las autoridades pronto determinaron que el pequeño era en realidad ciudadano mexicano y no estaba relacionado con Tiburcio, quien luego admitió que le estaban pagando para pasar de contrabando al menor para llevarlo com sus familiares en Indianápolis.