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Santa Lucía, último hogar del mamut

Por su suelo de arcilla, hace unos 35 mil años, la base aérea de Santa Lucía en el Estado de México fue una trampa mortal para mamuts, al menos para 672 encontrados hasta ahora en la zona, de los cuales algunos tienen su última morada en un museo edificado por ingenieros del Ejército

El primer hallazgo paleontológico se dio el 5 de noviembre de 2019, al norte del terreno, propiedad de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), donde se edifica el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

Santa Lucía, último hogar del mamut

El Mayor Jesús Cantoral, jefe de la mesa de salvamento arqueológico y paleontológico del AIFA, recuerda que al inició creyeron que localizarían 15 mamuts, luego, con el espécimen 45 se dieron cuenta que se traba de una concentración única de ejemplares, y ahora suman 672. A menos de tres meses de que venza el plazo fijado para la inauguración del nuevo aeropuerto internacional, reina el polvo y sol, con decenas de camiones de carga en movimiento, y miles de trabajadores laborando a marchas forzadas. En medio del ajetreo, ya hay varios complejos terminados, como el cuartel militar, la unidad habitacional, un hotel que aún no tiene quién lo opere, un hospital, una plaza comercial y el Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinamétzin. El recinto cultural tiene 4 mil 200 metros cuadrados de superficie, con una capacidad para 400 personas. Se estima que entre en funcionamiento antes que el AIFA, en el primer trimestre del año, a un precio aún por definir que rondará los 150 pesos por adulto, administrado por la autoridad aeroportuaria. Una estatua de un mamut parado sobre sus patas traseras recibe en el exterior a los visitantes, mientras que en el lobby se encuentra una recreación de un macho alfa encontrado en las excavaciones. Los restos hallados, explica el Mayor Jesús Cantoral, corresponden al pleistoceno antiguo, de 35 mil a 10 mil años antes del presente.

"Este tipo de arcillas, que con la humedad se hacen altamente fangosas, resultaron en una trampa mortal para los mamuts, porque la mayor concentración de hallazgos está en la parte norte, que coincide con lo que fueron las orillas del lago de Xaltocan", explicó. "Una de las teorías es que los animales, que pasaban 10 toneladas, cuando tenían que avanzar más para consumir agua, tenían que adentrarse en el fango y pudieron quedar aprisionados". Los sedimentos de arcilla son actualmente de cuatro metros de profundidad, y ahí encontraron patas perfectamente articuladas y el resto del cuerpo disperso. El museo se divide en seis salas, que abordan temáticas como la historia geológica de la región, todo sobre los mamuts, la biodiversidad de la zona, la interacción de los humanos con los mamuts, el imaginario cultural que generaron estos animales y finalmente la reproducción de los lugares de hallazgo. Como pieza estelar se encuentra uno de los esqueletos de mamut más completos del continente, con las piezas originales exhibidas que dan cuenta de una bestia de más de tres metros y medio de alto.

El restaurador del INAH, Eduardo Reyes, narró que tardaron un año en procesar las 191 piezas óseas de ese ejemplar. El recinto contará con una sala de exposiciones temporales, que se inaugurará con una muestra arqueológica de los entierros humanos con ofrendas que se encontraron en Santa Lucía. Los 560 puntos de hallazgos no representan ni si quiera el 1 por ciento de los 37 millones de metros cuadros del terreno de Santa Lucia, agregó el Mayor Jesús Cantoral.



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