Rosalva López embajadora del arte y la cultura. Historias de vida…
Orgullosamente riobravense y de familia humilde
La señora Rosalva, creció en un rancho ubicado en la brecha 116 en donde cuenta que pasó una hermosa infancia, tuvo 11 hermanos, 6 hombres y 5 mujeres, siendo ella la novena hija, la más pequeña de las mujeres, estudió su primaria en la escuela Miguel Hidalgo y después en la Academia Comercial México, se certificó como secretaria. Recuerda con mucho cariño a su madre, era de esas mujeres que sabían hacer de todo, y de ella aprendió muchas cosas que después las llevó a cabo:
Río Bravo, Tam.- La conocen como "Peregrina de Amor", debido a sus letras y buen corazón, es embajadora de cultura y arte en nuestra ciudad, empresaria, escritora e inspiración para quienes la rodean, es la señora Rosalva López López, orgullosamente riobravense, proveniente de una familia humilde, sus padres fueron el señor Raúl López Lozano y la señora Arcadia López de Lozano.Gracias a Dios estoy en una etapa donde disfruto de todo lo bueno que pasa a mi alrededor, valoro la vida, los momentos que comparto con mis seres queridos, me gusta servir a los demás, pues tengo claro que si no vivimos para servir no servimos para vivir, la gente que ha trabajado conmigo no los considero mis empleados, sino parte de mi familia* Rosalva López López
"Mi madre cocinaba muy rico, nos hacía nuestros vestidos, a mis hermanos también les hacía su ropa, ella nos enseñó a hacer muñecas de trapo, y mi padre les ayudaba a mis hermanos a hacer sus carritos de madera con fichas de refrescos como llantas, nos divertíamos mucho con nuestros juguetes creados por nosotros mismos, pues no había para comprarnos juguetes de la tienda, mis padres eran humildes, pero muy trabajadores", relata la señora Rosalva con nostalgia.
Con el tiempo el señor Raúl López el padre de Rosalva, a base de mucho esfuerzo y dedicación, pudo poner un negocio de venta de cabrito, convirtiéndose en el primer introductor de cabrito en esta región, llevando su producto a Río Bravo, Nuevo Progreso, Matamoros y Reynosa entre otras ciudades, fue tanto el éxito de este negocio que se entregaban a estos lugares de entre 200 y 250 cabritos diarios:
"Fue ahí cuando empezó la época buena para mis padres, y para nosotros también, yo tenía como unos 11 años" explicó Rosalva.
Después llegó a lo que se le llamó la época de oro, la época del algodón, entonces el señor Raúl, aprovechó para rentar muchas tierras, y a la familia López López, les empezó a ir mucho mejor:
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"Todas las mañanas mientras mi padre desayunaba me ponía a leer los encabezados del periódico, si le llamaba la atención alguno, me ponía a leer la nota, yo me sentía feliz de hacer esto, porque me sentía importante porque me tomaba en cuenta para esta tarea, además de que siempre me ha gustado leer, cuando terminaba de leerle las notas, me acariciaba la cabeza y me decía "lo estás haciendo muy bien", me sentía muy querida, la verdad siempre me sentí muy amada y muy querida por mi madre, padre y mis hermanos, me consentían mucho", cuenta.
Rosalva, creció bajos buenos valores que le fueron inculcados por sus padres quienes también les heredaron a sus hermanos y a ella ese espíritu de lucha para forjarse caminos y salir adelante.
Cuando Rosalva tenía 20 años fue madre soltera, algo que para la sociedad de ese tiempo era algo muy mal visto y criticado, se sentía muy triste, porque hasta su propia familia la señalaba, pero muy feliz por la vida de su hijo a quien llamó Carlos Rafael Ulivarri López:
"Sufrimos mucho mi hijo y yo, lloré muchas veces, cansada de tanta recriminación y harta de tantas opiniones en contra, me fui a vivir a una vecindad ubicada en la ciudad de Reynosa, ahí nadie me conocía, pero no fue fácil, al verme que ya no tenía para seguir comprando comida para mi hijo, empecé a vender lo poco que tenía, vendí mi ropa, mis cosas, para poder sacar para darle de comer a mi niño", dijo la señora Rosalva.
Asimismo sigue relatando:
"Alguien me dijo que una prima mía vivía en Reynosa, y la busqué, para pedirle ayuda, entonces me dediqué a ayudarle a hacer de comer, lavar vasijas y quehaceres del hogar, no para que me pagara, sino para que me diera un taco para poderle dar a mi hijo y así fue, este apoyo es algo que le agradezco con el corazón a mi prima", explicó.
Después una vecina que tenía en la vecindad la recomendó en el hospital donde trabajaba, Rosalva pronto comenzó a trabajar en esa clínica en donde aprendió a tomar los signos vitales a inyectar a poner suero, y ayudar en todo lo que se podía. Ahí estuvo trabajando 6 meses.
En la clínica se encontró a un amigo de sus hermanos quien le ofreció trabajo en Pemex, a lo que ella contestó que sí y entró al área de oficinas, pero su jefe se dio cuenta de sus actitudes y le ofrece un puesto mejor pagado en otra área, poco a poco vio su calidad de vida mejorar, gracias al buen desempeño de su trabajo. Entonces ya con su mejor sueldo, se fue a rentar un departamento, ella y su hijo ya vivían mejor.
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SE REGRESA A RÍO BRAVO
En ese lugar trabajó 2 años, se hizo de un carro, compró un terreno en Río Bravo hizo una casa y se vino a vivir a la ciudad de la vio nacer, para esto ella ya había entrado al mundo del comercio. Se casó con un gran hombre, José Estaban Flores, mejor conocido como el Chino Flores, tuvo 2 hijas más, Lizbeth Aimé y Rosalva Yanet. Después de 15 años de matrimonio quedó viuda debido al cáncer que atacó a su esposo, una etapa muy difícil para la familia.
Doña Rosalva emprendió un negocio de renta de películas, que se llamó vídeo 2000, el cual fue un gran éxito en la ciudad, esto se le ocurrió ya que iba cada fin de semana hasta Reynosa a rentar películas, y se asesoró para poder poner un negocio de estos aquí, como al año, a petición de la gente empezaron a filmar películas, bodas, piñatas, 15 años, bautizos y poco tiempo después también se hicieron de un sonido, luces, y empezó a rentar esto en las fiestas, el negocio iba creciendo, agregaron renta de mesas, tablones, manteles, hasta llegar a lo que es ahora Organización de Eventos 2000.
Cuando sus hijas eran pequeñas a doña Rosalva comenzó a escribir, le hacía poemas a sus hijas, tenía muchos escritos guardados y se le ocurrió que podía hacer un libro, fue así que escribió y editó su primer libro hace 12 años, que se llama "Mi regalo de Amor, después de 2 años más escribió "Palabras de Mujer", dejó pasar otros 3 años sacó su tercer libro titulado "Amar por Siempre", en el 2014 saca el cuarto libro que se llama "Manantial de Amor" y actualmente pronto presentará su quinto libro llamado "Peregrina de Amor" aún no está confirmada la fecha. Con eso cierra una etapa de su vida con lo que es la poesía y comenzará a escribir su biografía.
Al respecto Doña Rosalva comenta:
"Gracias a Dios estoy en una etapa donde disfruto de todo lo bueno que pasa a mi alrededor, valoro la vida, los momentos que comparto con mis seres queridos, me gusta servir a los demás, pues tengo claro que si no vivimos para servir no servimos para vivir, la gente que ha trabajado conmigo no los considero mis empleados, sino parte de mi familia", concluyó.
La señora Rosalva ha sido inspiración para muchas personas que han trabajado con ella, a las cuales mira con alegría que tengan sus propios negocios y no los mira como competencia, pues si puede ayudarlos a crecer, lo hace.
Doña Rosalva es fuente de inspiración para quienes la rodean, pues por donde pasa, ha pisado fuerte dejando huella.