Rompen migrantes cordón policial croata
La llegada de refugiados a Croacia se intensifica después de que Hungría haya cerrado sus fronteras.
Tovarnik, Croacia
Agentes antimotines fueron desplegados para controlar las llegadas y mantener a los refugiados alejados de las vías del tren. Largas filas se formaron para los autobuses que llevarán a los centros de acogida en otras partes de Croacia. Los niños, hambrientos y cansados por la espera, fueron ayudados por la Policía.
Según fuentes oficiales, en las últimas horas han entrado en el país 6 mil 200 migrantes. Esta cifra supera las previsiones del propio Gobierno croata, que el miércoles calculó que llegarían unos 4 mil en los próximos días en su camino hacia Eslovenia, para entrar después en Austria por el sur y seguir su camino, principalmente hacia Alemania, donde también ha vuelto a aumentar el ritmo de llegadas.
Las autoridades croatas están trasladando a los migrantes hasta los centros para refugiados en Zagreb, aunque el Primer Ministro, Zoran Milanovic, advirtió que el país no tiene capacidad para acoger a los 20 mil que se prevén puedan llegar.
La Presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, pidió al Ejército que esté preparado para un posible despliegue en la frontera si fuese necesario.
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Buena parte de los refugiados que llegan a Croacia acceden al país desde Sid, localidad serbia cercana a la frontera. La mayoría de los que descendieron el miércoles de los buses provenía del noreste de Serbia, de Horgos, punto de paso hacia Hungría ahora cerrado.
Allí las fuerzas de seguridad húngaras lanzaron gases lacrimógenos para frenar los intentos de cruzar la valla de grupos apostados en territorio serbio.
La cerrazón húngara ha propinado un fuerte varapalo al éxodo de migrantes.
"No estoy triste, pero sí decepcionado", decía Said, sirio de 19 años, a pocos metros de pisar Croacia.
En la capital, Zagreb, agentes antimotines tomaron posiciones en torno a un hotel en el que están alojados cientos de refugiados. Ante esta entrada masiva de migrantes, el Ministro del Interior croata, Ranko Ostojic, aseguró que Croacia no será capaz de recibir a más personas.
El Ministro indicó que quienes quieran pedir asilo en Croacia serán llevados a centro de registro, en cumplimiento de la normativa europea, y que los que no quieran solicitarlo serán considerados inmigrantes irregulares.
"No es aceptable que Croacia sea tratada como un país en que se deben respetar los acuerdos internacionales y que eso no se haga en los países de los alrededores por los que pasan los inmigrantes", añadió Ostojic.
Lesbos, saturada
Alrededor de 8 mil 500 refugiados y migrantes llegaron en los últimos cuatro días a la isla griega de Lesbos, de los cuales mil 500 arribaron en las primeras horas del día.
Para llegar, tuvieron que atravesar el mar Egeo desde la costa norte de Turquía en precarias barcas de plástico.
Los recién llegados deben dirigirse a los centros de registro habilitados en Mitilene, la capital de la isla, para poder comprar el billete que les permita embarcar en uno de los ferries diarios que van hasta el puerto del Pireo, en Atenas.
Los sirios tienen que dirigirse al campo de Kara Tepe, a tres kilómetros de Mitilene y el resto -afganos, iraquíes y el resto de nacionalidades- al de Moria, a seis kilómetros al norte de la isla.
Para refugiados y migrantes, Lesbos es solamente un lugar de paso.
Muchos prefieren alojarse en el puerto de Mitilene, en hoteles o improvisadas tiendas de campaña, a la espera de un barco que les conduzca al Pireo.
Medios locales apuntan a que durante la última semana han partido desde Lesbos diariamente más de 3 mil personas y está programada la salida de unos 5 mil más el viernes.