Repara las fugas de tu bolsillo
En la mañana que saliste a trabajar traías 100 pesos en la cartera pero apenas llegas a casa y sólo encuentras en la solapa de tu saco una moneda de 10 pesos y algunas moneditas regadas por las bolsas de tu ropa. Tratas de hacer memoria pero sólo vienen a tu cabeza las papas, los chicles y el refresco que compraste en la tienda. Ya, en serio, ¿en qué te lo gastaste?
Seguramente ya no lo recuerdas, a pesar de que hagas memoria. Este tipo de gastos se escapa de tu bolsillo sin que apenas te des cuenta de ello, pero al final de mes pueden resultar una carga que es constante y que no te deja despegar financieramente.
Son principalmente gastos variables. Tú tienes claro cuánto pagas de renta, luz, agua, etcétera, pero casi seguro que no sabes cuál es la cantidad que destinarás a comer fuera de casa, tomar cafés, comprar papitas, chicles, refrescos, botellas de agua y cualquier artículo parecido.
“Son lo gastos que regularmente se nos escapan del radar, son los que no tenemos contemplados y precisamente por eso empezamos a gastar más y más y es cuando viene el desfalque al final del periodo, ya sea semana o quincena”, explica Sandra León, coordinadora de educación financiera del Museo Interactivo de Economía (MIDE).
Seguramente quieres evitar el hundimiento de tu situación financiera. El antídoto infalible es, según varios expertos, la elaboración de un presupuesto.
“Un presupuesto te ayuda a saber cuánto es lo que ganas, cuánto es lo que tienes y cuánto es lo que puedes destinar a los gastos fijos y variables”, explica Sandra.
Un asunto complicado. Pero el problema puede parecer más complejo que eso ya que se suelen involucrar una serie de factores.
No sólo es necesario -es esencial, de hecho- hacer un presupuesto, sino también hay que analizar si necesitamos realmente lo que estamos comprando y si en realidad no corresponde a la necesidad de paliar alguna otra creencia como la de que para qué trabajar si no es para gastar, por mencionar sólo una.
Una de las formas de detectar este tipo de actitudes es identificar la manera en la que nos relacionamos con el dinero, según sostiene la coach especializada en psicología del dinero Aurora Medina.
Ella recomienda observarse a sí mismo a la hora de pagar algún bien o servicio y estar atento a las emociones que “le colgamos” al dinero.
“Si comenzamos a observar todas nuestras compras nos daremos cuenta de la cantidad de emociones negativas con las que manejamos nuestro dinero, además nos daremos cuenta del por qué no podemos llegar a la prosperidad pues no se puede atraer algo positivo con tanta negatividad”, explica en su sitio.
Una vez que ya se identificaron las emociones con las que se pagan los productos es necesario redirigir la energía de manera positiva, es decir, buscar el bienestar en cada compra, según su teoría.
Emociones al gastar dinero
>Si comenzamos a observar todas nuestras compras nos daremos cuenta de la cantidad de emociones negativas con las que manejamos nuestro dinero
